El Gordo se pone guapo

Este último proyecto se ubica en la torre Ikon que ideó por Ricardo Bofill, y pretende ser el restaurante más emblemático de todos los que han firmado desde que se quedaron el negocio que gestionaba su padre. «Celebrábamos cada persona que entraba como si nos hubiera tocado la lotería», contaba Pablo a LAS PROVINCIAS, en un pequeño receso arranccada a esta pareja de hermanos inseparables.

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Pero, ¿qué es El Gordo de Cortes? «Con esta apertura nos hacemos más fuertes en Valencia», explican. Su objetivo es continuar con su apuesta por el producto en brasa y plancha, pero también por las recetas de «chup chup», sabores caseros y elaboraciones lentas. Tendrá un aforo de ochenta comensales en el interior y otros ochenta en la terraza, con interiorismo de Antonio Altarriba y en una ubicación que les llegó casi como un regalo, después de que su clientela más fiel les hubiera pedido que apostaran por la ciudad. «Hasta ahora hemos sido más periféricos», dice Pablo, ya que siempre han querido mantener Bétera como su ancla, que les ha permitido no olvidar de dónde vienen, a pesar de su fulgurante crecimiento.

«Actualmente empleamos entre 250 y 280 personas», calcula Pablo, que tiene que pensar cuántos locales tienen abiertos, sumando la línea de negocio de hamburgueserías Lamburguesa y los tres italianos que operan bajo el nombre de Paffuto. Los dos hermanos creen que Valencia se ha convertido en una plaza muy disputada, con grupos de restauración que «lo están haciendo muy bien», y que ya poco tiene que ver con el bar de toda la vida.