Jamón Joselito y platos de estrella Michelin, los mejores menús de boda

Para abrir boca les pido que me resuman el panorama gastronómico actual basándose en las bodas que han organizado este año. En los enlaces que organiza Paloma Tárrega, de Planes y Eventos, se come como en un restaurante, huyen del concepto catering y personalizan el menú hasta el extremo de que los novios pueden seleccionar cualquier plato de alta cocina para prepararlo en la boda, sea para cien comensales o sea para trescientos. En opinión de Lorena Oliver, de Las bodas de Araventum, lo importante es la diversidad gastronómica, pues hoy hay muchas más opciones de platos para elegir, tanto de primeros y segundos como de coctel. También hay más opciones de bufés y la gente hoy busca diferenciarse y ser originales. «Antes no te planteabas ofrecer en una boda a mediodía un plato de arroz o una pasta, hoy hasta se puede considerar como algo original ofrecer algo que tomas en tu vida cotidiana. La puesta en escena de la presentación de los platos también ha evolucionado. Durante la comida hay muchos momentos de sorpresa integrados entre plato y plato, como una actuación musical, la entrega del ramo, discursos de amigos o rondas de chupitos», explica.

Lejos ha quedado en el tiempo la clásica minuta en la que se ofrecía un aperitivo ligero, primero, principal y tarta nupcial. Paloma destaca la personalización como uno de los elementos diferenciadores de las bodas que organiza. «Igual que tenemos veinte modelos de sillas y más de treinta manteles para alquilar, tenemos un listado amplísimo de platos para confeccionar un menú al gusto de cada celebración. Hacemos bodas a la carta, todo se diseña a medida», explica. Lorena cree que lo que hoy se busca es una buena propuesta gastronómica, pero puede ser sólo un cóctel potente y luego un principal. «Para mí los pilares fundamentales son la gastronomía, una buena fiesta y una buena presentación en cuanto a decoración de salón y de mesas», detalla.

Si hablamos de esos platos clásicos que nunca fallan, Paloma escogería una pierna de cordero lechal y Lorena un buen jamón y buen champán, una combinación que nunca falla. En cuanto a si los novios son más o menos exigentes que hace unos años Paloma cree que el cambio fundamental radica en que, antes, decidían los padres, con lo cual ellos quedaban en un segundo plano. «Ahora son los novios los que toman las decisiones, aunque estén aconsejados por sus padres. Como tienen la oportunidad de salir mucho más y viajar tienen un espíritu más crítico y saben lo que quieren, aunque se dejan aconsejar mucho». Para Lorena, el nivel de exigencia ha cambiado respecto a las prioridades y según el cliente. »Nuestro perfil va buscando una boda muy cuidada y especial tanto a nivel gastronómico como a nivel decoración y presta atención hasta al mínimo detalle».