Ka.La.Mar., el restaurante para disfrutar de las mañanas en Albal

El restaurante Ka.La.Mar. debe su nombre a su gerente, Mar Vila, un juego de palabras que da pie a recordar una de sus especialidades en los almuerzos: el bocadillo de calamares a la romana o carne de caballo, que junto con la variedad de tortillas, se ofrecen a una clientela que pasea por la zona centro de Albal, muy cerca del Ayuntamiento, concretamente en la avenida Cortes Valencianas, número 17.

La cocina de Ka.La.Mar. se abre a las 8.00 de la mañana de lunes a sábado, momento en el que se empiezan a servir desayunos típicos de cafés con leche y tostadas, infusiones, zumos y su variedades, para rápidamente pasar a los almuerzos con un pan excelente que se convierte en delicia de la clientela habitual, desde hace dos años y medio, cuando Mar se quedó con el bar, tras una experiencia de más de dos décadas en la restauración.

En el almuerzo, «los pinchos de pollo están muy buenos, con patatas, con huevo, el bocadillo de carne de caballo, el de tortilla, el de calamares, el de chipirones y calamar a la romana. Y bueno, luego ya la gente lo que hace es que combina todo lo que hay en la vitrina con patata, con huevo, con pimiento. Van combinando cada una vez lo que les apetece, además de francesas al momento y bocadillos de lomo al momento. Soy muy partidaria de todo al momento», explica Mar Vidal.

En las comidas se sirve menú casero. «Cada día hago cinco o seis comidas diferentes, todas caseras, por ejemplo, tenemos paella de verduras, tenemos codillo al horno, fideuá de pato, salmorejo y caldereta de cordero, además de ensaladita de la casa», comenta la gerente. Un menú que culmina con los postres. «Vengo por la mañana, preparamos junto con las camareras los almuerzos, preparamos las comidas y los postres, cocino el menú personalmente y cuando está todo listo me quito el delantal y me quedo en barra. Y entonces soy la cafetera».

El local cuenta con una terraza interior en el patio, muy agradable y acogedora. Una curiosidad del local es el limonero del patio, para rememorar la típica casa de pueblo con su corral. El olor a limonero, impregna a cítrico y calidad la comida casera del restaurante Ka.La.Mar.

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