Quiénes son los Galán, la familia pastelera más valenciana

La tradición tiene su origen en la llegada de los Decretos de Nueva Planta que se impusieron tras la Guerra de Sucesión, y que supusieron la prohibición a los valencianos de celebrar la entrada en Valencia de Jaume I cada 9 de octubre. Hasta entonces se conmemoraba ese día lanzando miles de petardos, así que los confiteros valencianos decidieron hacer dulces con la forma de los petardos que ya no podían lanzar. Ahí surgieron los 'piulets' y los 'tronadors', que eran entonces los cohetes más populares. Pero no se quedaron ahí, sino que la creatividad les llevó a elaborar, además, dulces de mazapán con forma de frutas y hortalizas como homenaje a la fertilidad de las huertas valencianas, y un guiño a la costumbre que tenían los moros de regalar hortalizas a la esposa de Jaume I, Na Violant de Hungría.

Más de trescientos años después, la costumbre consiste en regalar estos mazapanes a las enamoradas, envueltos en un pañuelo, porque en Valencia el patrón de los enamorados no es San Valentín, sino Sant Donís, y no se celebra el 14 de febrero, sino el 9 de octubre, coincidiendo con el día de los valencianos. Organizada por el Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia, el concurso pretende reconocer a los hornos y pastelerías que mejor preparan la 'mocadorà' y la 'ornamentación comercial'.

Este año Galán ha hecho doblete, y así José Galán recoge el testigo de su padre, Joaquín, que abrió su primera pastelería en Albal en 1972, y que estuvo en el oficio desde los once años hasta que se jubiló. Todavía hoy sigue acudiendo al negocio que regenta su hijo y donde también trabaja su hija Noelia. «Nos da valiosos consejos», explica José, que cree que es importante, aunque suponga mucho más trabajo añadido, participar en los concursos que organiza el gremio, tanto en la víspera del 9 de octubre como durante la Pascua.

José Galán no se imaginaba trabajando en otro lugar que fuera la pastelería, y todavía recuerda que de pequeño vivían en el mismo edificio donde tenían el negocio. «Fines de semana, vacaciones y cuando se acercaban las fiestas todos teníamos que echar una mano», explica. A pesar del amor que siente a su profesión, no tiene claro que quiera que ellas le sigan los pasos. «Es muy sacrificado», dice.

La 'mocadorà' se elabora con mazapán, una receta en la que se mezcla almendra, azúcar y huevo, y donde el secreto, según Galán, es el porcentaje de almendra y que sea de la variedad marcona. Este año las frutas de la 'mocadorà' ganadora se han hecho al doble tamaño de lo habitual, y cree Jose que puede ser el secreto del premio.

El segundo premio se lo ha llevado el horno de David Esteve, un negocio más joven que, sin embargo, mantiene vivas tradiciones como la 'mocadorà'.