Bolitas de pistachos y dátiles, un bocado dulcemente sano

El dulce suele ser siempre sinónimo de exceso, de pecado. Sin embargo, muchas veces caemos en el error de pensar que solo lo excesivamente procesado o cargado de grasas puede aportarnos ese punto dulzón que muchas veces necesitamos para tomarnos la vida con otro sabor. Esa forma diferente es precisamente lo que ha querido buscar la chef, estilista culinaria y escritora Bárbara Amorós con sus bolitas de pistachos y dátiles, una receta sana, impulsada por Clínicas Biomédicas Ascires.

Estas bolitas de pistachos y dátiles se elaboran con pistachos pelados, sirope de agave, dátiles sin semilla, coco rallado y semillas variadas, que se pueden elegir a gusto de cada cual. Todo, elementos 100% equilibrados y que apuestan por los azúcares naturales.

Clínicas Biomédicas Ascires propone en esta ocasión un 'snack' en el que el pistacho es el auténtico centro. Se trata de uno de los frutos secos más curiosos de la naturaleza, puesto que, en comparación con el resto de sus hermanos, los pistachos tienen menor contenido en grasa y un alto contenido en fibra. De ahí, que actúen como nutriente para los probióticos, beneficiosos en el tracto gastrointestinal y que ayudan a proteger el cuerpo de las infecciones y a regular el sistema inmunológico de la mucosa. Además, aportan vitaminas E y K, potasio, fitoesteroles y algunos carotenoides, que son los antioxidantes que ayudan a reducir la inflamación y refuerzan el mecanismo de defensa antioxidante del cuerpo. Los pistachos también son una buena fuente de hidratos de carbono, proteína vegetal –ayudan a fortalecer el sistema inmunológico– y grasas monoinsaturadas –ácido oleico–, por lo que ayudan a bajar los niveles de colesterol LDL –el llamado colesterol malo– en sangre.

Los dátiles son otro de los protagonistas y aportan esa textura y dulzura que solo ellos pueden añadir a la receta. Son ricos en fibra y proteína, además de en nutrientes y minerales como magnesio, potasio, hierro, zinc y vitaminas K y B. Todo ello les confiere propiedades antioxidantes, antinflamatorias y antimicrobianas, lo que ayuda en enfermedades neurológicas. Además, su contenido en fibra genera movimientos intestinales y contrarresta el estreñimiento, mientras que su contenido en hierro combate la anemia ferropénica.

La receta también cuenta como complemento con el sirope de agave, que tiene el doble de poder edulcorante que el azúcar, por lo que añadiendo menos cantidad se puede conseguir el sabor que se desea. El agave ayuda a potenciar el sabor y el aroma de las comidas y no sube el índice glucémico, lo que hace que nos sintamos saciados. Tiene un alto contenido en probióticos, por lo que mejora el tránsito intestinal y refuerza el sistema inmunitario.

También contiene una gran cantidad de nutrientes esenciales para el organismo el coco, que en esta ocasión se usa rallado. Esta exótica fruta supone una buena opción para las personas que necesitan una dosis extra de energía. Es rico en fibra, selenio y el zinc –lo que le da propiedades antioxidantes–, vitamina C –contribuye a la salud ósea–, vitamina B1 –clave para el sistema nervioso–, vitamina B3 –reduce los niveles de colesterol–, ácido láurico –fortalece el sistema inmunológico–, potasio –ayuda a los deportistas a reponer las pérdidas durante una competición–, hierro y calcio.

Por último, las semillas son una buena forma de incluir en nuestra dieta grasas saludables, en especial del tipo polinsaturado. Dentro de ellas destaca el aporte de omega 3, aunque también aportan proteínas vegetales, minerales como magnesio, hierro, zinc y calcio, y vitaminas del complejo B, E y A.

El primer paso es triturar los 50 gramos de dátiles sin semillas con la ayuda de una batidora hasta que quede una pasta. Se le añade 125 gramos de pistachos pelados y 25 mililitros de sirope de agave y se mezcla todo hasta conseguir una masa lo suficientemente consistente como para poder hacer con ellas bolas de unos 15 gramos aproximadamente. Una vez se han preparado todas las bolas, se pasan por coco rallado o por una mezcla de semillas al gusto hasta que su superficie quede bien impregnada. Ya solo queda disfrutar de un bocado.

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