Comidas para llevar, conservando la tradición valenciana
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La moda del 'take away' concede una nueva vida al recetario con raíz: Santi Hernández te lo cuentaHuevos estrellados ·
La moda del 'take away' concede una nueva vida al recetario con raíz: Santi Hernández te lo cuentaSANTI HERNÁNDEZ
Jueves, 3 de junio 2021
Lentejas, arroz al horno, guisos y potajes, paellas, cocidos, berenjenas, pimientos y un sinfín de rellenos. Si de algo tenemos que estar orgullosos gastronómicamente hablando es de nuestra dieta. La dieta mediterránea está considerada como la más saludables y equilibradas del planeta. Los valencianos somos muy afortunados. Una dieta compuesta por alimentos como el aceite de oliva, alimentos de origen vegetal como las verduras, hortalizas, frutas y legumbres, los cereales que nos proporcionan el pan, la carne fresca, el pescado, los huevos y como no, el agua, frente a otro tipo de bebidas carbonatadas cargadas de azúcar.
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Sin embargo, coincidiréis conmigo en que vivimos en una sociedad donde cada vez se cocina menos en casa y me da la sensación de que cada vez esta maravillosa dieta se está desvirtuando. Una sociedad donde cada vez disponemos de menos tiempo para sentarnos con la familia para hablar de lo cotidiano, mientras comemos o cenamos. Cada vez es más común comer solos, en la oficina, en la calle, comemos cualquier cosa, un tentempié. El 'take away' es un hábito de consumo importado de otros países, frente a la cocina tradicional, tranquila y pausada que durante generaciones hemos disfrutado con nuestras madres y abuelas. Aquella cocina de la que se extrae la esencia de los alimentos. Cocina que no atraviesa su mejor momento a causa del ritmo de vida en que vivimos.
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La principal causa es el estilo de vida que llevamos. Vivimos en la sociedad de lo inmediato, en la sociedad del consumo global y de las franquicias, donde la mayor parte de los alimentos vienen procesados. Estos términos han adquirido un peso considerable y desgraciadamente vertebran la vida de muchos de nosotros, en mayor o menor medida hasta el punto de perder la esencia de los alimentos, por no hablar de la procedencia de estos. Es un estilo de vida donde lamentablemente reina el estrés y menos mal que nos alivian el deporte, la cultura, los amigos y la familia.
Pues bien, entre toda esta vorágine han ido creciendo paralelamente las comidas para llevar. Comida elaborada con productos mediterráneos, con el objetivo de dar un servicio que se adapte a nuestro estilo de vida, porque visto lo visto es bastante difícil salirse de esta espiral. Y lo digo otra vez, menos mal. Yo le llamo el 'take away mediterráneo'. Son pequeños oasis en el desierto donde cada vez más hacen frente a las grandes franquicias del 'fast food'. Una tendencia que empezó a instaurarse hace más de 20 años. Es el caso de la cafetería Caramelo en Picassent, que desde noviembre de 1998 está dando comidas para llevar según cuenta EduardoPalacios, su propietario. Por aquellos años, las raciones para llevar tenían más demanda el fin de semana. Era la excusa perfecta para no cocinar el fin de semana, después de hacerlo durante toda la semana.
Sin embargo, esta tendencia se fue extendiendo al resto de la semana, en la medida que fue cambiando nuestro estilo de vida. Eduardo considera que hoy en día las comidas para llevar han llegado a alcanzar un carácter social, ya que es la forma de que mucha gente mayor o incluso con pocos recursos accedan a una comida digna durante el día. Cuenta que durante los meses de pandemia llegaron incluso a doblar turnos para poder dar servicio a la población, incluidos ancianos, enfermos de Covid, fuerzas de seguridad, etc. Hoy en día, toda la familia de Eduardo se dedica en cuerpo y alma a la hostelería y disponen junto a las comidas para llevar de cafetería, horno, pastelería y catering. Por ello, los considero un referente, por lo que ha sido y por lo que son.
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Por otro lado, en los últimos años han aparecido nuevos conceptos, sin perder la esencia de la comida para llevar, donde se conjuga la comida de cuchara de toda la vida y el poder de las redes sociales. Son el escaparate perfecto para exponer todo su potencial. Es el caso de Arrossos Pepi, comidas para llevar en Alcàsser. Pepi es una maestra arrocera consagrada y curtida en restaurantes como El Genuí, Alquería del Pou, kanròs, el Nou Racó del Palmar y el Club de tenis de Cullera, entre otros. Desde hace casi tres años regenta su propio negocio de comidas para llevar, donde el arroz es el protagonista. Ofrece raciones de lunes a viernes de comida tradicional y nos deleita con sus maravillosos arroces durante toda la semana.
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Pues bien, quiero dar las gracias a todos aquellos que ofrecen este servicio y que cuidan el producto y los platos tradicionales de cuchara. Aquellos que ya estaban y aquellos que acaban de llegar. A todos, gracias por aportar ese granito de arena, allá donde el estilo de vida y las circunstancias de cada uno no nos permiten cocinar nuestros propios guisos. Una oferta que se caracteriza principalmente por tener una relación calidad precio inmejorable.
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Y si os parece, hoy os voy a dejar uno de los platos más tradicionales que tenemos en nuestra comunidad y que muchas casa de comidas para llevar sirven a diario. El arroz al horno. Este arroz también se denomina «arròs passejat» o arroz paseado, ya que antiguamente las mujeres lo llevaban a cocer en el horno del barrio, al horno de toda la vida.
Para cuatro personas, los ingredientes que suelo utilizar son: 380 gramos de arroz, 520 ml de agua, 200 gramos de garbanzos cocidos, costillas de cerdo, dos patatas medianas, cuatro morcillas de cebolla, dos lonchas de tocino, un tomate, una cabeza de ajos, una cucharada de pimentón dulce, 80 ml de aceite de oliva virgen y azafrán.
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Si tienes tiempo puedes hacer un caldo con las costillas y la tocino cuando estén bien sofritas. También puedes utilizar el caldo del puchero, al que llamamos rossejat. Los garbanzos lo puede tener previamente en remojo desde la noche anterior. Pero si no tienes tiempo, siempre puedes recurrir a los garbanzos de bote. El resultado también es muy digno.
Precalentar el horno a 200º C y mientras tanto vamos sofriendo las chuletas de cerdo y la tocino con los ajos en una sartén con aceite. Rectificar de sal. Cuando estén bien sofritas reservamos y sofreímos las morcillas de cebolla. Por último, cortamos el tomate y la sofreímos un poquito con el aceite que hemos sofrito el resto de ingredientes. Una vez bien sofrito, ponga en la misma sartén el arroz (100-125gr.) Con una cucharilla de pimiento dulce. Se remueve para que se mezcle el aceite con el arroz.
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Todos los ingredientes los vamos poniendo en la cazuela donde tenemos los garbanzos y las patatas peladas previamente ya cortadas de forma laminada. Finalmente sólo nos queda añadir el caldo ya caliente con el colorante alimentario. La proporción que yo utilizo es casi el doble de caldo que de arroz. Dejamos el horno unos 25 minutos y ya lo tenemos.
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