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Ingredientes:
Para 10 torrijas de vino
Una barra de pan del día anterior
Medio litro de vino tinto
2 huevos batidos
Aceite de girasol
Azúcar
Canela molida
Hoy te voy a contar una historia, una historia de este mundo, tan distinto a la vida real, en el que me he metido, casi sin querer , “hasta las trancas”. El mundo de los blogs de cocina o también llamados gastroblogs y si me apuras más en el término, el mundo de los gastronómadas.
Rafa Prades, del blog Con los cinco sentidos, nos explicó muy bien qué significaba esa palabra para él, en un pequeño discurso que hizo antes de empezar el primer encuentro de #gastronómadas, el Sábado 31 de Enero de 2012 (parece que fue ayer y ya hace un año y medio), en Valencia. Rafa, al que tengo que agradecer la foto de la portada, porque la mía estaba movida de tanto brindis, jijijiji, vive en Cáceres, y vino exclusivamente desde allí para estar en esta I quedada que organizó junto a Elena , de La Cocina de Pozu, Cova, de Comoju, Itzi de Miotraella y Pili de Cuisine4you. Ellos son amigos virtuales y pensaron en quedar un día en alguna ciudad de España para conocerse. La ciudad elegida fue Valencia y, además, para no estar solos, invitaron a todos los gastroblogueros y gastrotwiteros que se quisieran apuntar.
Yo ni lo dudé, nada más que me lo dijeron, dije que contaran conmigo, y como yo 31 personas más, muchas de Valencia, pero también estuvo con nosotros gente de Ciudad Real, de Mallorca, de Madrid, de Barcelona. Vamos un éxito absoluto de convocatoria. Enhorabuena chicos. Me llevo una muy buena experiencia de ese día, la I gastrokdd gastronómadas, de los previos, viendo cómo se preparaba todo y de los posteriores, ya que seguimos en contacto como antes de vernos, por twitter, instagram, facebook y whatsapp. ¡¡Qué invento el Whatsapp!!
La cosa fue tomando forma y se organizó un programa en el que se incluía, como no, al tratarse de un encuentro de gastroblogueros, la visita al Mercado Central, del que, los que no conocían, se quedaron maravillados. Es tan bonito nuestro Mercado central.
Luego cruzamos la calle y entramos en La Lonja, sin parar de hablar unos con otros, era impresionante observarnos, era como si todos nos conociéramos de siempre. Es algo que pasa muy a menudo, y es difícil explicar, hay que vivirlo.
Y después del paseo, tocaba la cervecita, el aperitivo que precedía al gran manjar que nos esperaba en La Pitanza, un restaurante de comida valenciana, situado en pleno Barrio del Carmen, en la C/ Quart, nº5 de Valencia.
Este restaurante inauguró con nosotros las I Jornadas Gastronómicas de Cocinando de Memoria, en la que formarán parte de su carta platos de antaño, de los de toda la vida, y hechos con todo el mimo con el que puede cocinar una madre, Amparo, la madre de Hugo y Belén, dos hermanos totalmente compenetrados, que hacen de este Restaurante algo especial, algo familiar.
Todos los platos fueron de cuchara y perfectamente maridados con unos vinos excepcionales, aquí tienes una recopilación de los post donde se hablan de ellos, pero sin duda yo, que soy muy “laminera” (como me dice mi amiga Mar), me quedo con el postre. Esa Torrija caramelizada con Helado de canela y arena de almendras estaba, ¡uhmmmmmmmm!!!!. Y acompañada de ese Moscatel dulce Arayanas, que nos cedió Verema, por el que más de una peleó, ¿verdad Cova y Elena?.
Y como no, repetimos helado, gracias a Erika que lo pidió directamente, como se tienen que pedir las cosas, porque yo con mis sutilezas no llegaba a ningún sitio. ;-P
Aunque yo confieso que también repetí torrija (gracias Dule).
Eso de tener amigos virtuales, muchos pensarán que es una “frikada”, y yo pienso igual, pero es que yo soy frikie, y me gusta serlo. ¿Y a ti, te gusta serlo?
Y siguiendo un consejo que Erika me dio, hablando de estrategias de marketing (estos Social media, hay veces que tienen razón, jijiiji), sobre una consulta que le hice de mi negocio de cocinas, Kitchen Decor: “a todo hay que ponerle contenido”. O sea, que esto, no puede acabar sin receta, y ya que estamos cocinando de memoria, hoy te traigo la receta de las torrijas de vino que me hacía mi abuela Isabel cuando yo era más joven (sí me daba vino, pero sólo en las torrijas, jijijijijiji). A mi padre y a mi tío les chiflaban.
Vicky Ortiz
Corta la barra de pan en rebanadas todas del mismo grosor. Más o menos me salen entre 10 y 12 torrijas de una barra de cuarto.
Pon el vino en un plato hondo con un poco de azúcar y mezcla. Pon las torrijas en el plato para que empapen el vino. Lo tienes que hacer por tandas. A mí me entran 4 o 5 de una vez.
Pon una buena cantidad de aceite de girasol en una sartén a calentar.
Bate los huevos y ponlos en otro plato hondo. Pasa las rebanadas empapadas en vino por el huevo batido y luego fríelas en la sartén con el aceite caliente.
Cuando las saques, ponlas en un plato encima de un papel absorbente para que suelten el exceso de aceite y espolvoréalas por encima con azúcar y canela.
Acompáñalas con un chupito de mistela y disfruta de ese sabor tan especial.
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