Terraza del restaurante Bergamonte.

Comer a remojo: restaurantes en los que comer y bañarse

Cinco restaurantes que ofrecen la oportunidad de disfrutar de la buena mesa y, además, de un chapuzón para refrescarse estos días de calor intenso

isidro fillol puig

Jueves, 12 de agosto 2021

Verano sin piscina es como fallas sin lluvia… Simplemente no es lo mismo. Entre el sol, la humedad y el calor, meterse al agua resulta casi obligatorio.

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Ya el mero hecho de refrescarse en aguas cristalinas es suficiente argumento para convencer a cualquiera de ir ... a la piscina… Y más en agosto. Pero si a eso se le añade que esta esté al lado de un bar o un restaurante la apuesta se multiplica automáticamente. ¿A quién no le va a gustar un chapuzón y al salir a tomar una cerveza fresca?

Sabiendo que este es un plan atractivo para muchos, hemos confeccionado una lista de sitios a los que acudir para poder combinar la comida y el baño.

La Cantina de la piscina, de L'Eliana, está a tan solo 20 kilómetros de Valencia. Allí, los arroces son los protagonistas absolutos. Rodeada de árboles y con terraza al aire libre, ofrece la experiencia valenciana completa al servir la paella hecha en horno de leña. También tiene entre su oferta vinos variados, aunque si algo destacan los clientes de este sitio es el buen trato que reciben.

Entre sus instalaciones hay una piscina en la que bañarse antes de comer, al aire libre y de aforo limitado que respeta las medidas sanitarias ahora que la situación provocada por la pandemia del COVID-19 lo requiere.

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Velaya Beach Club, ubicado en Puzol, a 17 kilómetros de Valencia, presenta una estructura al lado de la playa desde donde se puede ver el mar. Cuenta con una piscina que compone parte de su atractivo a la que para acceder es necesario reservar entrada.

Decorado con tumbonas y sombrillas en tonos neutros, facilita que la gente se relaje en su interior. En su menú priman los arroces al igual que los cócteles. Además, a este local se la añade el valor de que está catalogado como 'LGTB friendly'.

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Bergamonte, por su parte, atrae ya solo por su físico. Se trata de un restaurante en el interior de una típica barraca valenciana construida en 1980 cuyas recetas estrella son los arroces. Su único atractivo no es este sino que además tiene un club deportivo en el que ejercitarse antes de reponer fuerzas cuchara en mano. Evidentemente, cuenta con una piscina en sus instalaciones. Un lugar perfecto para abrir el apetito con unos largos.

Una de las elaboraciones del restaurante Bergamonte, de La Pobla de Farnals. bergamonte

El acceso al local se consigue mediante una entrada reservada por teléfono. Desde que abre a las 11:00 hasta las 20:00 el local ofrece al consumidor la opción de poder acudir a la piscina y luego irse a casa o bien adquirir una entrada en la que se incluye la piscina y el restaurante o gastrobar. Entrada que conlleva un descuento, de siete a cuatro euros.

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Entre los platos que más triunfan de su carta, Cristina Sánchez remarca el arroz al horno. «Se prepara en cazuela de barro individual y al horno de leña», aunque también pone en valor la paella valenciana hecha a la antigua. «También podemos hablar de los vinos valencianos», añade. «Promocionamos el producto local porque defendemos que deben tener el reconocimiento que se merecen. Están a la misma altura que los Ribera del Duero o Rioja».

En definitiva, este negocio que atrae a un público de edades diversas, aunque comienzan a imperar los jóvenes adultos a raíz de su promoción en redes sociales, acoge con los brazos abiertos al que quiera ir permitiéndole desconectar y disfrutar de un día diferente.

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La terraza de Spiritum se encuentra en Gilet. Concretamente en la urbanización del Santo Espíritu, a 33 kilómetros de Valencia. Entre pinos y olivos, este emplazamiento permite tomarse algo fresco a la sombra mientras otros disfrutan de la piscina. «Una piscina que es abierta», indica Enrique. «Puedes entrar y salir cuando quieras». Una aclaración que hace Enrique es que no hay piscina infantil por lo que la gente que suele acudir son adultos o familias con niños y niñas que superan los siete años de media.

Spiritum

De su carta un plato que es digno de mención es la pizzelas. «Son pizzas individuales que suelen gustar mucho». Otros platos que ofrecen en este local es el perrito caliente, variedad de quesos y jamones, así como vinos de denominación de origen valenciana.

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El último local que recomendamos en esta lista es el Medusa Beach Club, ubicado en Cullera. Tan solo a 50 kilómetros de Valencia en coche, el Medusa alcanza su máximo apogeo en la temporada estival. A pocos metros del local está la playa, cosa que permite fusionar el sonido del club con la brisa marina. Entre la lista de cosas que se pueden hacer en el Medusa se puede mencionar el baño en la gran piscina, disfrutar de un cóctel o relajarse en la zona de shishas.

Entre sus espacios también hay un reservado VIP en el que alejarse de las grandes multitudes pudiendo disfrutar en una piscina privilegiada, así como de pista propia. Debido a la situación sanitaria el aforo está limitado a un cuarto del total. Desde la dirección tratan de asegurarse de que no se den aglomeraciones y piden que se lleve la mascarilla puesta en todo momento si está en el recinto de la piscina salvo cuando se está dentro del agua.

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Andreu, del equipo de dirección, cuenta que este verano no está habiendo demasiada gente en la piscina. «No es nuestro principal atractivo, sino que lo es la sesión de dj.

La entrada requiere reserva, tanto para la piscina como para el restaurante, el Calima. Este restaurante está apartado de la piscina y presenta una oferta de fusión entre la comida mediterránea y la asiática dando como resultado platos como la tortilla de patata con pulpo y salsa thai.

Respecto a los vinos, también resalta el producto valenciano, aunque añade que los cavas se están poniendo de moda entre su público, que oscila entre los 30 y los 40 años.

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Así, acudiendo a estos locales, el típico plan de ir a bañarse o a comer algo se sale de la norma y se fusionan dos elementos que hacen de las elevadas temperaturas algo más soportable, e incluso, disfrutable.

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