El esperado mensaje de Karlos Arguiñano

Karlos Arguiñano (73 años) ha empezado el mes de febrero con ganas y buen humor. No es para menos, el mediático cocinero vasco quiere dejar atrás los duros momentos vividos durante la pandemia y mirar el futuro con optimismo.

Sus locales en Zarauz llevaban cerrados desde el pasado 19 de diciembre. Unas largas vacaciones que han llegado a su fin. Arguiñano ha reabierto la cafetería, el pasado 1 de febrero, y el hotel y restaurante, el día 3. Así lo anunciaba en las redes sociales con un vídeo desde su propio local.

Una reapertura esperada por el propio Arguiñano -un trabajador incansable- su familia y sus clientes y amigos. No es para menos, pues hace ya más de 42 años que Arguiñano y su esposa Luisi abrieron las puertas de su restaurante por primera vez. «Gracias, de corazón, a todos los que habéis contribuido a que sigamos en pie», expresaba el cocinero el pasado 13 de julio, junto con una simpática fotografía de la pareja posando al borde del mar.

El restaurante de Arguiñano, aunque no posee ninguna estrella Michelin, tiene muy buenas críticas en portales especializados y de recomendaciones gastronómicas como Tripadvisor.

El hotel-restaurante se encuentra ubicado en un antiguo y espectacular palacete conocido como Villa Aiala, edificado a principios del siglo XX. El alojamiento dispone de doce habitaciones y los precios van, según el tipo y la temporada, entre 110 y 220 euros.

Pero el restaurante es el fuerte del negocio de los Arguiñano. De hecho, cinco de sus siete hijos trabajan a diario en el local, que presenta -según ellos mismos explican su página web- una oferta culinaria que une acertadamente la línea tradicional con la innovación de la prestigiosa cocina vasca. El comedor principal tiene capacidad para 50 comensales y los dos comedores interiores, de estilo rústico, para 25 comensales cada uno.

Los precios son de lo más razonables, teniendo en cuenta la fama del cocinero. El menú degustación cuesta 49,5 euros más el 10% de IVA (eso sí, a mesa completa). está compuesto por los siguientes platos:

-Ensalada templada de chipirón Pelayo.

Risotto con crema de hongos.

Bacalao con salsa zurrukutuna y guiso de sus callos.

Pollo lumagorri con salsa y merengue cítrico.

Pastel vasco con helado de hierba luisa.

El restaurante dispone además de una surtida carta de entrantes, carnes, pescados y postres.

Más allá de lo gastronómico, Karlos Arguiñano es un 'animal' televisivo. Sus programas son seguidos por una millonaria audiencia. El chef tiene un peculiar sentido del humor -sus chistes no son siempre bien entendidos- y no elude las polémicas. Como cuando alertó sobre la importación de un producto chino o cuando se posicionó sobre la subida de precios del restaurante DiverXO de Dabiz Muñoz, o sobre los desahucios.

Además, todas sus recetas se convierten en fenómeno viral, buscadas por sus seguidores, que agradecen una cocina, sencilla, honesta y «rica, rica».