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SARA BONILLO NAVARRO
Jueves, 20 de octubre 2022, 20:22
En el corazón del barrio del Carmen, entre grafitis y cientos de personas que buscan perderse paseando por sus calles se encuentra 'Kukla' un restaurante ... que teletransporta a Oriente Medio. Los propietarios del local, Ayelet y Nen Reiss, llegaron desde Tel Aviv a Valencia en febrero de 2019. Al llegar se dieron cuenta de que la Comunitat lo tenía casi todo, porque lo que le faltaba era un trocito de sus orígenes, de su tierra.
Cinco meses más tarde, Kukla aterrizó en el barrio del Carmen. Un pequeño local de madera, con sillas de diferentes tipos, mesas distribuídas sobre alfombras, y marcos de fotos con los recuerdos más bonitos decoran hoy 'Kukla'. Un sitio muy parecido a una casa, y es que eso era lo que pretendían Nen y Ayelet «queremos que nuestros clientes se sientan parte de nuestra familia y estén como en su casa».
'Kukla' es una palabra que significa amor y cariño y que siempre utilizaba la abuela de Nen para dirigirse a su abuelo. Y eso es precisamente lo que buscan transmitir Nen y Ayelet a sus clientes: cariño y amor. Todos los platos son un homenaje a las recetas de sus abuelas. «Queremos compartir con Valencia los secretos de nuestras abuelas», indica Nen. Del mismo modo, nos desvela que el mejor secreto que guardan es cocinar con el alma.
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Para unas recetas que tienen su origen a cientos de kilómetros, utilizan productos locales de Valencia. Alimentos habituales en sus platos como la berenjena, el tomate o la coliflor los compran en el mercado central. Lo único procedente de su tierra es el Tahini, un aceite de sésamo típico de Israel y sus especias, que vienen directas desde Oriente Medio.
La combinación de colores, la intensidad de sus sabores y los diferentes aromas consiguen una explosión de exquisitez que hace que hasta los paladares más exigentes deseen repetir. Todas sus recetas se caracterizan principalmente por el sabor de las especias. Un sabor ni intenso ni suave, especial. En el momento en el que pruebas un plato viajas directamente hacia Oriente Medio, como pudieron comprobar hace poco un grupo de jóvenes valencianos: María M y sus amigos iban paseando un día por las calles del Carmen cuando descubrieron 'Kukla' y desde entonces se ha convertido en su lugar de encuentro. «Ahora venimos muy a menudo porque tienen comida muy variada, el lugar es muy acogedor y estos sabores no los encontramos de forma habitual en otros restaurantes», indicaba María esta misma semana.
También Javi Hipólito, antes de ser encargado del local, fue cliente. Él conoció 'Kukla' paseando junto a su pareja por una calle peatonal del emblemático barrio de Valencia cuando descubrió una calle que se escondía de todo el barullo habitual de gente. Javi nunca había probado la comida Israelí y le sorprendió mucho «quería reducir el consumo de comida procesada, y aquí encontré comida casera y sana», afirma el ahora encargado.
Es miércoles por la noche, con todas las mesas llenas. Las especies flotan en el aire y los comensales degustan el hummus, el shakusha o el labaneh con la tranquilidad de quien está en casa. Sobre las mesas bailan pequeños juguetes seña de identidad de kukla. Aquí han venido a pasárselo bien, que es un poco lo que buscamos alrededor de la comida. Pero no son solo los clientes los que disfrutan, entre los fogones nos encontramos con cinco cocineros que ríen y disfrutan compartiendo su pasión por la cocina. «Hacemos muy buen equipo, somos una familia muy pequeñita», asegura Javi.
Ahora les toca hacer frente a la crisis económica que afecta a gran parte del mundo. «Es muy difícil para nosotros porque utilizamos aceite y harina y precisamente esos son los productos que más se han encarecido», indica Nen. Aún así, han evitado encarecer mucho la carta para que los clientes, que también están sufriendo esta situación, puedan acudir y disfrutar de comida de buena calidad a buen precio. «Kukla no es únicamente para gente con un poder adquisitivo amplio, es para todos los públicos», concluye Nen.
Pese a estas circunstancias, Nen y Ayelet han querido aumentar la familia de Kukla con la apertura de Falafel, un local desenfadado de comida para llevar. Algo que se ha puesto muy de moda después de la pandemia con el concepto de 'Take Away'. «Queremos que los clientes disfruten de Kukla también desde sus casas», señala Nen ilusionado por la acogida de su tierra en Valencia.
Una de las cosas que más le gustó a Javi Hipólito a la hora de hacer la entrevista es que no necesitaba uniforme. Cuando Ayelet le dijo que estaba contratado inmediatamente le comunicó que no necesitaba uniforme, que elegían a sus trabajadores por la forma de ser y por lo que les transmitían «Buscamos que sean ellos mismos, no queremos disfrazarlos de algo que no son», indica Ayelet, propietaria del local. Detrás de la barra se observa un camarero trabajando cómodo y feliz mientras prepara la bebida de la última mesa que se acaba de sentar. Un trabajador que asegura sentirse como en casa «vengo a trabajar feliz y con ilusión, y eso es algo que no tiene precio», indica Javi.
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