Secciones
Servicios
Destacamos
Les ofrecemos un viaje por esa zona de Valencia donde nunca se pone el sol. Donde las terrazas siempre están llenas y la vida se respira a cualquier hora del día. Hoy, LAS PROVINCIAS les propone un paseo por una de las avenidas más importantes ... de Valencia. La conocen. Han estado en ella. Han visto las mesas y sillas. Quizá, por desgracia, no se han sentado en ellas. Vamos de paseo. Confíen en nosotros: no se arrepentirán, porque el paseo de la Alameda es esa avenida donde siempre es la hora dorada
El nombre de Llebeig hace referencia a un viento distinto, a un aire cálido, a esa brisa cálida que sopla junto al mar en las tardes de verano y que nos teletransporta a las terrazas por excelencia de Valencia que comparten un mismo nombre, ubicadas en los números 6 y 48 del paseo de la Alameda. A lo que yo añado: Llebeig es mucho más que esa brisa. Es ese bar de sol y luna en el que los días se alargan después de una comida con sus inigualables tapas y que continúa con unas copas en la terraza y termina con un 'picoteo' rápido antes de irse a casa. Por este motivo, no es casualidad que, pases el día que pases, su terraza siempre esté llena, e incluso la gran mayoría de días tengan lista de espera.
Puede que en esto también tenga algo que ver la relación calidad-precio de todos sus productos o el trato que reciben los clientes. En la vida hay muchas cosas que uno sueña con tener: una casa, un coche, una familia y ese sitio donde al entrar te pregunten, «¿lo de siempre? Y quién quiere un coche o cualquier lujo, cuando puedes pasar las horas en el sitio de siempre. Llebeig es la magia de su terraza, el lugar en el que los problemas se atenúan en buena compañía y de donde sales con otro sabor de boca, y no sólo por el sabor de su inigualable tarta de chocolate o zanahoria bañada en helado de vainilla, que el pecado no es comerla, sino perdértela.
Noticia Relacionada
Este local tiene como capitanes a Ramón Sauquillo y Ricardo García, quienes aprendieron a amar la gastronomía desde bien pequeños. Sauquillo tuvo el mejor maestro, Jesús Barrachina, el que fue propietario de uno de los locales más emblemáticos de Valencia del S.XX y el que le dejó la mejor herencia: aprender a amar la restauración, una cualidad que ha logrado transmitir a toda su tripulación.
Y de los casi 30 años de trayectoria de Llebeig, nos trasladamos a otra de las terrazas más concurridas de la Alameda: La Peluda. Este local, que abrió en 2016, se caracteriza por no tener mesas en el interior de su local y únicamente vivir en su terraza, esa que cobra vida cada mañana y que conforme va pasando el día va acogiendo a personas de cualquier rango de edad. Desde aquellos padres que disfrutan de una cerveza al sol mientras observan cómo corretean sus hijos alrededor de la terraza, a aquella pareja que transmite la magia del amor de la juventud o aquellas personas más mayores, que por mucho que pase el tiempo continúan fieles a las tradiciones de reunirse cada semana.
«La esencia de La Peluda es su terraza, Cuando el clima acompaña, no hay nada que se le resista a la Peluda», indica Álex Vanderov, encargado del restaurante. La especialidad de este lugar son las tapas, que, como todo el mundo sabe, se saborean más en buena compañía. Por este motivo, La Peluda está preparada para acoger a grupos grandes de personas.
El restaurante Siroco, ubicado a la altura del número 47 de la Alameda, ha sido uno de los últimos restaurantes en llegar. Con mucha competencia a su alrededor, en tan sólo tres meses, Siroco ha conseguido abrirse paso como uno de los locales de moda de Valencia. Además de por la variedad gastronómica de su carta, que ofrece un viaje gastronómico por diferentes partes del mundo con un viaje que comienza aquí en España con sus cremosas y crujientes croquetas y sus tradicionales tapas españolas y que continúa con los típicos crepes franceses o las hamburguesas estadounidenses, el encanto de Siroco reside en su pequeña terraza.
«Ahora que el buen tiempo acompaña, a partir de las 19.30 horas la terraza empieza a llenarse sobre todo de gente joven. Es una maravilla el ambiente que se respira aquí las noches de verano», indica Eliseo, encargado del local. Después de esto, solo cabe decir que la magia de la Alameda son sus terrazas, y por ende, la gente que las llena cada día.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.