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El Miracle sigue llamándose con este nombre en valenciano, que apela a un concepto tan cristiano como el milagro, y que no es más que aquello que no podemos explicar desde la razón porque sólo se entiende desde la fe. Los dueños de este ... restaurante, ubicado en la plaza del Cedro, son una pareja de refugiados sirios pertenecientes a la minoría de cristianos que viven en un país con mayoría musulmana. Y los ciudadanos que profesan cualquier rito distinto son perseguidos en las zonas que están bajo la influencia del Estado Islámico.
Y aunque Hiba y Nazib, ella de Damasco, él de Alepo, llevan ya nueve años fuera de su país, instalados en Valencia, recuerdan cada día el lugar del que provienen, donde todavía tienen familia, donde el 90% de la población está bajo el umbral de la pobreza. Por este motivo, decidieron que un día completo la recaudación de su restaurante iría a parar a los refugiados sirios de la zona de Alepo, que ahora ha tenido que sufrir las terribles consecuencias del terremoto. «Conocemos a gente que se ha quedado sin casa, que no tiene ni tiendas de campaña para dormir», dice Hiba, farmacéutica de formación. La respuesta de su clientela ha sido espectacular. No había un menú especial, nada que se saliera de lo habitual, pero la recaudación llegó a los 1.700 euros. Hubo mucha gente que no pudo venir pero quiso colaborar, asegura esta mujer, que no había imaginado que un día tendría que escapar del lugar que la vio nacer, donde llevaba una vida acomodada.
La ayuda se ha gestionado a través de una fundación pontificia llamada Ayuda a la iglesia necesitada, con tiene como fin precisamente ayudar a los cristianos en aquellos países donde son perseguidos, donde se destruyen las iglesias o donde necesitan apoyo económico. Sergio Rivas es delegado de la fundación en la Comunitat Valenciana, y explica que la situación en Siria es dramática. Antes de la guerra había 1,5 millones de cristianos y quedan unos 400.000, la mayoría desplazados, refugiados, muchos asesinados. En diciembre decidimos dedicar la ayuda a Siria e invitamos a un sacerdote de Alepo, Fadi Najjar, para que nos contara de primera mano cómo lo están viviendo. Nazir e Hiba se reencontraron con el padre Fadi, y surgió la idea de organizar una comida solidaria para ayudar al país. Desgraciadamente llegaron los terremotos y lo aceleramos para poder prestar apoyo a la región.
Así, El Miracle se ha convertido en un vínculo entre las dos orillas del Mediterráneo, el restaurante en el que Hiba y Nazib descubrieron por primera vez los platos sin gluten y decidieron continuar con el camino que había marcado el anterior hostelero hasta conseguir convertirse en el mejor restaurante sin gluten de España. Donde platos tan españoles como las croquetas, el revuelto o unas bravas se mezclan con el falafel, el humus, el baba ganoush o la ensalada de cous-cous.
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No ha sido fácil, han trabajado mucho para conseguirlo, porque no es fácil que toda la materia prima con la que trabajan sea sin gluten, pero gracias también a la ayuda de la Asociación de Celíacos de la Comunitat Valenciana, que les ofrece formación periódica, tienen el reconocimiento de un colectivo que cada vez es más numeroso. «Tenemos clientes muy fieles», explica Hiba, y asegura que habrá más iniciativas para ayudar a Siria desde el restaurante. «Esto es un camino muy largo y no se trata sólo de algo puntual».
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