![Dónde comer en Valencia | La memoria gastronómica de Valencia](https://s1.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/202108/19/media/cortadas/Casa-montanya-kQqD-RdcbTCl3VY7T10iMA0liGcP-1248x770@Las%20Provincias.jpg)
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lUNA vALLS mARQUÉS
Valencia
Jueves, 19 de agosto 2021
Existen lugares que cuentan historias. Rincones con más de un siglo de vida, espacios que brindan recuerdos y paredes que hablan por sí mismas. Por mucho que transcurran los años cada ciudad posee sus propias tradiciones y costumbres, pero pocas son las que conservan sus ... guardianes gastronómicos. Los restaurantes centenarios de Valencia abren sus puertas a un universo de sensaciones, cada cual más especial. Antiguas posadas, barracas y tabernas comparten un mismo objetivo: mantener la esencia por la que nacieron.
La ciudad cuenta con una larga tradición gastronómica; de barracones de madera a restaurantes emblemáticos en primera línea de playa, posadas para carreteros reformadas en hostales, restaurantes de carretera convertidos en espacios de eventos. Para estos negocios familiares, el tiempo manda, pero la tradición persiste.
Si le hubiesen contado a Francisco Balaguer y Josefa Marqués que aquel merendero que montaron a orillas del Mediterráneo es ahora uno de los lugares más visitados de la ciudad, no lo creerían.
Todas las mañanas, desde 1898, La Pepica es una sinfonía de mesas arrastradas, pasos inquietos y copas que chocan. A la hora de comer, los visitantes observan con curiosidad las paredes repletas de fotografías de famosos. Desde Hemingway a Juan Carlos I; pasando por Orson Welles y Blasco Ibañez. Sorolla también fue un cliente especial al que le pelaban las cigalas de la paella; así nació el plato estrella del restaurante, mundialmente conocido por arroz del senyoret.
El lugar brinda una experiencia única, repleta de sabor y tradición valenciana. La carta es la misma con la que se originó aquel barracón a pie de playa, salvo alguna variación.
Un rincón gastronómico dirigido por la quinta generación familiar. Don Francisco Martí y Doña Valentina Alcoy, bisabuelos de los actuales propietarios, fundaron una casa de comidas en 1885, actualmente situada en la pista de Silla.
Casa Quiquet atravesó varias etapas hasta convertirse en el complejo hostelero actual: los primeros años prestó servicio a los carreteros, más adelante acogió a los trabajadores de las empresas cercanas y posteriormente se convirtió en una parada obligatoria para aquellos que viajan en coche. Francisco Padeo, de la cuarta generación de propietarios, asegura que fue todo un acontecimiento ver llegar los primeros automóviles y que aquella fonda que servía vinos, licores y algarrobas para los caballos, tuvo que adaptarse a los tiempos y proveerse de gasolina.
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A principios de los 70, la casa inauguró un hostal tres estrellas y tras varias ampliaciones, el complejo cuenta con cuatro salones, jardines, salas de reuniones y un emblemático comedor, Centenario, que como su nombre indica, refleja años de historia.
El restaurante conserva el primer plato que cocinó doña Valentina en aquel entonces: la 'sopa cubierta', un caldo de cocido.
Buen vino, grandes productos y fabulosa compañía. Son los pilares que sustentan la historia del restaurante más antiguo de Valencia, fundado en 1836. Casa Montaña, que comenzó siendo una barraca de venta a granel, ha experimentado un relevo generacional de cinco familias distintas que han optado por conservar su encanto original.
Situado en el barrio del Canyamelar, la fachada modernista del local no pasa desapercibida; tampoco su interior, repleto de toneles, toreros pintados y momentos inmortalizados. Según María García, propietaria actual, la barra es el corazón del restaurante; degustar, picar y volver a empezar es el ritual de aquellos que comparten paladar. Aunque la situación actual no lo permite, por motivos sanitarios, todavía se acercan los que ansían tomarse un vino y una tapa acodados en esta reliquia centenaria.
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Antaño, el principal cliente era el pescador de la zona, que tras la jornada iba a pasar la tarde. A día de hoy, el establecimiento recibe visitas nacionales e internacionales. Conocida por los valencianos como la «catedral del vino», Casa Montaña cuenta con bodega propia y es popular por sus habas estofadas, receta de los primeros fundadores de la casa.
Hace cuatro siglos, cuando se recorría Madrid-Valencia en carruaje, Posada Venta Pilar era una parada obligatoria. Las posadas no eran frecuentes en el trayecto y los cocheros repostaban en este característico lugar antes de continuar su ruta. Si antiguamente el cliente tradicional era el viajero «de paso», hoy en día el restaurante cuenta con visitas familiares y empresarios en busca de un lugar tranquilo.
Situado en el casco antiguo de Buñol, el tiempo parece haberse detenido para deleite del visitante: antiguos pesebres, caballerizas abandonadas, extensas praderas... El complejo hostelero amplió sus instalaciones hace unos años; además de la posada centenaria, cuenta con dos comedores y un pequeño patio en el que se suelen celebrar eventos de todo tipo. La historia del paraje se entremezcla con la tradición gastronómica de la casa: paellas a leña, ollas de pueblo y otros manjares.
A pie de huerta, el restaurante abrió sus puertas en 1890 y contaba con una clientela muy marcada: los lunes venían los zapateros, los jueves la gente del puerto y los demás días los agricultores de la zona, que se juntaban a hacer tertulia y tomar vino.
Adentrarse en las entrañas del Famós es todo un espectáculo. A la hora de comer, el aroma de leña de naranjo se cuela por el comedor, la verdura fresca y el romero recién cortado aguardan cerca del arroz y los paelleros ennegrecidos cuelgan de la pared.
De generación en generación, los propietarios conservan la cocina ancestral de sus antepadados. Incluso otros negocios piden la receta familiar del 'all i pebre'. El Famós, que empezó en una barraca, ha ido adaptándose a los tiempos sin perder su esencia.
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