El nuevo gastrobar de Valencia que tiene tienda y librería y que está llenando todas las semanas

Juanra Castro fue el alma mater de El Carrer y de aquellos inicios se pueden coger muy buenas ideas. El local de Campanar ha enseñado a la gastronomía de Valencia que cuidando el producto y ciñiéndose a la tradición se puede alcanzar un público muy amplio. Aquellos aprendizajes los cogió Juanra Castro y ahora busca implementarlos en el nuevo proyecto que lleva entre manos. Desde hace un mes en la calle Cuenca ha abierto sus puertas en local que bien sirve desayunos, que tiene una librería para leer al mismo tiempo que se consume y que cuenta con un mostrador en el que se puede comprar el mismo producto que se coge para la cocina.

El proyecto original de Querida Jacinta es de los empresarios Eduardo Berbis y Esteban Molina. Fueron ellos los que dieron con Juanra Castro y los que le propusieron al gallego «guiar» el gastrobar en la calle Cuenca. «Cuando me presentaron el proyecto ya tenían una carta muy marcada y las cosas muy claras, pero me dieron libertad para sumar ideas y propuestas. A partir de ahí, »un acuerdo rápido y a remar en la misma dirección«. Juanra se hacía cargo así como encargado y jefe de sala de este nuevo proyecto.

La idea de un gastrobar con librería, mostrador de venta y amplio servicio tiene su punto de unión en una cocina llamada a realzar el producto por encima de todo. Juanra pone un ejemplo que es tan sencillo como icónico del nuevo Querida Jacinta: «Cuando un producto ya es bueno, no hace falta más: carne bien hecha y sal». A ello bien habría que añadir otros platos destacados de la carta como «el Tomahawk o un Steak tartare sobre base de tuétano».

«Siempre partimos de la base de tradición y perseguimos la tradición», indica Juanra Castro. Y es que ese volver a la cocina de antaño es la que da aroma al local y sirve de apuesta para el nuevo proyecto en Arrancapins: «Estamos en una tendencia muy moderna y nos olvidamos de los tradicional. Queremos volver a las raíces». Así, disfrutar en Querida Jacinta parece más o menos sencillo dentro de la complicación del trabajo en cocina, porque es ir a degustar unos productos que nunca dejan de ser ese producto. Ahí está la clave.

Por si le faltara poco, Juanra Castro se lleva de su El Carrer los platos diarios para el menú. En Querida Jacinta la novedad es que cada día hay un plato típico, marcado «una cita» con el cliente: «Cada plato tiene su día: puchero valenciano, cocido montañés, marmitako, lacón con grelos y gazpacho manchego».

Parece que el nuevo Querida Jacinta ha gustado porque están llenando «de jueves a sábado» desde su apertura, acto al que se presentaron decenas y decenas de personas por sorpresa. Juanra Castro es un amante de la cocina de cuchara y de los sentimiento que transmiten los platos de toda la vida. Probar un simple bocado y viajar en una máquina del tiempo a casi la infancia; volver a recordar los sabores que marcaron la juventud y que estrechan los lazos entre la memoria y la gastronomía. Parece fácil, pero no lo es.