Sara Bonillo Navarro
Jueves, 17 de noviembre 2022, 21:06
Si hay algo típico de España es ir de tapas. Disfrutar de la gastronomía en buena compañía es uno de los placeres de la vida. ... Bien se nota a las nueve y media de la noche de un miércoles en el barrio de Benimaclet, que está igual de vivo que un sábado por la noche. En especial, el local donde vivía hace años un famoso agricultor valenciano conocido en el barrio como 'el tío Olegari'. Algunos vecinos lo recuerdan por ser «especial y diferente». Hace varios años que Olegari ya no está físicamente, pero su esencia sigue intacta en el pequeño local que triunfa en Benimaclet bajo su nombre: Olegari.
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Aunque el fresquito empieza a calar en Valencia, la terraza del restaurante está completamente llena. El éxito tiene mucho que ver con la idea de Javier Merçeder y Mirco Mizzelli, dueños del local, de fusionar el mundo de la pizza y el tapeo, o lo que es lo mismo, 'Un tapeo de pizzas'. Mirco y Javier se aventuraron abriendo una pequeña pizzería en el barrio de Ruzafa (La Finestra). Gracias a su gran acogida, pensaron que ese mismo estilo quedaría «perfecto en el barrio de Benimaclet. «Un barrio muy heterogéneo y alternativo», indica Javier.
Desde la terraza se escucha a lo lejos «¡se deben 40 pizzas!». Algo curioso que no se entiende hasta que no te explican el funcionamiento del local. Una de las cosas que caracteriza a Olegari es que no trabajan con carta, sino que ellos mismos eligen las pizzas que te van a servir.
Se trata de pizzas muy pequeñas, lo que permite pedir un número elevado de pizzas para probar las distintas variedades que ofrecen. «Tú vas a una pizzería y puede que no te apetezca una pizza entera o que no te decidas por una en concreto. De esta manera, puedes probar distintos tipos de pizza», indica uno de los trabajadores.
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Del mismo modo, se tiene en cuenta «diferentes criterios alimenticios para personas vegetarianas o veganas y también para aquellas que sufren alguna intolerancia o alergia», según detalla el dueño del local.
Las pizzas que degustamos llevan un gran trabajo detrás. Tres días antes comienzan a elaborar la masa para que fermente lentamente en la nevera. «Todo ese proceso el cliente no lo ve pero cada pizza lleva un gran trabajo detrás», indica Javier. El que parece que valora todo ese proceso es el pequeño que saborea su pizza mientras le cae la mozzarella sobre el pantalón del uniforme. Pero, ¿quién habla de protocolos a la hora de disfrutar de un manjar como es la pizza de Olegari?
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