![El bar de barrio de Valencia donde preparan uno de los mejores bocatas de España](https://s3.ppllstatics.com/lasprovincias/www/multimedia/2024/06/12/carrero-kTPF-R0TM1pfel9BB1ga01shO3hL-1200x840@Las%20Provincias.jpg)
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Transitar por las calles del barrio de San Isidro te lleva a un destino culinario inesperado: Cal Carrero. Su nombre evoca tiempos pasados, cuando este restaurante era tan solo un modesto negocio de carros y aún no había ganado el premio al segundo mejor bocata ... de España. En este lugar con tanto encanto y magia se escucha cada mañana el barullo de 'l'esmorzaret'. Sus dueños, Bernardino y Patricia, levantan las persianas del local, dando inicio a otro día lleno de sabor y tradición. Aquí, en este rincón de la ciudad valenciana, podrás despertarte con 'El Llonganissa'. El famoso bocadillo que tiene su secreto en ingredientes de calidad con su Longaniza de pascua fresca, pesto, queso 'scamorsa' ahumado, tomates asados y cebolla caramelizada.
Al llegar al restaurante, se desprende un ambiente familiar, muy de barrio y muy de la terreta. Familias, amigos y parejas se reúnen para pasar la mañana en el bar de referencia, aquel que en julio cumplirá sus dos años pero que pronto se convertirá en 'el bar de siempre'. Con todas las mesas llenas y 'El de Llonganissa' agotado, a las 11 de la mañana empieza su primer día de vuelta de Asturias tras posicionarse en el podio español de los bocatas. Como nos cuenta Bernardino, el cocinero y dueño de Cal Carrero, «cuando llegas estás muy feliz, con muchas cosas en la cabeza», con el bar muy a tope y un recibimiento en el que cada dos por tres se escucha un 'enhorabuena'.
Con el bocata en la mesa, empieza la degustación, la verdad es que la pinta es para morirse. Primer bocado y empieza la explosión de sabores con un claro protagonista: la longaniza de «Mes que carn», la carnicería del barrio, porque Bernardino lo tenía claro. «Yo quería hacer un bocadillo de longaniza de pascua, porque me gusta mucho», explica. Y siempre le ha gustado, «de pequeño me acuerdo de coger la longaniza de Pascua, como todos los valencianos, que está colgada en la cocina y no haces más que comer». De ahí nace el bocata ganador, aunque no su favorito, que es el de carne de caballo. Ahora siempre que le dicen «has quedado el segundo», él responde entre risas «porque el primero aún no lo hemos presentado». Otro de sus bocatas número uno en ventas es el de sepia con alcachofas: quién sabe si alguno de ellos ganará el próximo campeonato.
No obstante, antes de mirar al futuro, debemos trasladarnos al pasado, al origen, a 1926. Cal Carrero comienza sin saberlo poco antes de los años 30, con la construcción de una casa familiar, sencilla y de labradores. Bernardo Ortí Marc fue el pionero de la casa que pasó a convertirse en un negocio de carros para después servir como una despensa de huerta hasta llegar a ser una casa de comidas e incluso un estanco. Cal Carrero lleva casi 100 años adaptándose a su tiempo, transformándose y manteniendo vivo el negocio, que ha sobrepasado ya su tercera generación. Es en 2010 cuando la cuarta generación comienza el proceso de rehabilitar la casa y la convierte en lo que hoy conocemos, como una horchatería de barrio: el lugar donde almorzar no solo algunos de los mejores bocadillos de Valencia si no también de toda España.
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Patricia, de Asturias, y Bernardino, de Valencia, emprendieron esta aventura años atrás dejando sus trabajos de lado con el objetivo de crear algo propio, distinto y suyo. Bernardino estudió cocina y Patricia había trabajado anteriormente en el mundo de la hostelería. Es entonces, cuando se plantearon qué hacer con la casa que escondía tanta historia familiar. No tuvieron ninguna duda y se decantaron por crear una horchatería con almuerzos. Esta horchatería-heladería no solo revivió un antiguo hogar sino también el barrio de San Isidro. En definitiva, en Cal Carrero no sólo puedes disfrutar de sus magníficos bocatas, si no tomarte un vermú al sol, pedir una horchata con fartons o cenar en un lugar de larga tradición valenciana. El barrio lo tiene claro: este es el sitio al que ir. Pero para Bernardino es mucho más que eso: «Esto es mi casa, se ha convertido en el epicentro de mi vida, junto con mis dos hijos».
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