Licores de la tierra para los días festivos

En unas fechas donde no faltan los encuentros con la familia, los amigos o los compañeros, quedar para el vermut no puede faltar. Es lo que intenta desde hace una década la empresa vinícola Bodegas Cent Piques, de Fontanars dels Alforins con sus productos. «Desde siempre, en todo el arco Mediterráneo se bebía mucho vermut, pero la cerveza fue cogiendo terreno. Nosotros quisimos recuperarlo para que vuelva a ser el protagonista del aperitivo y ha tenido mucho éxito», explica el gerente de la Bodega, Salvador Martorell.

La clave de esa buena acogida es que es artesanal. «Es distinto al industrial porque lo hacemos a base de botánicos: plantas, semillas, raíces, flores...», indica, más de medio centenar autóctonas de la zona. La base es un vino blanco de la tierra, en este caso de la variedad Merseguera, autóctona de Valencia, en el que se infusionan las plantas una vez secas.

Tras un tiempo de maceración, en el que el vino va cogiendo aromas y color, se le añade cítricos, la piel seca de naranja, limón y pomelo, así como azúcar. Se comprueba entonces el grado de alcohol que tiene y si no llega hasta los 15, que, según explica Salvador, es el que tiene que tener para que sea considerado vermut, se le incorpora alcohol.

Cent Piques produce cuatro tipos de vermús, el blanco, el blanco de naranja amarga, el rojo y el crianza. «La diferencia entre el blanco y el rojo es que a este último se le añaden más botánicos y al infusionar con más hierbas se oscurece más. Además, el azúcar que se le añade es caramelizada», detalla.

En cuanto al crianza, la diferencia está en que en lugar de que la maceración se realice en depósitos de acero inoxidable se hace en barricas.

La producción, al ser artesanal, no es muy grande, unos 12.000 litros que tienen como principal mercado el sector de la hostelería de la Comunitat Valenciana, pero también Madrid y Barcelona.

Pasando por alto la gran variedad de vinos que también produce esta Bodega de la denominada Toscana Valenciana, otro de los productos artesanales que produce es el que marida muy bien con los postres: los vinos dulces Blanc Moscatell y Negre de Giró.

El primero está elaborado con uva moscatel. «No lleva ni azúcar ni alcohol añadido, como ocurre con la mistela. La uva se deja madurar mucho en la cepa y se seca para que se evapore el agua. Luego se prensa y el líquido que sale es el de vino», apunta Salvador.

El Negre se elabora con uva tinta de la variedad Giró (Garnacha) y el procedimiento es el mismo. «Los dos van muy bien con los postres, pero el vermú crianza también», asegura el gerente de esta bodega de Fontanars.

De hecho, de entre las diferentes catas que organiza en la bodega, ubicada entre viñedos, está la de chocolate puro con aceite y/o sal con el vermú crianza. «A todos los visitantes sorprende el maridaje», asegura, por lo que también es una apuesta segura para acompañar con la variedad de turrones y polvorones que no faltan en las mesas durante estas navidades.