El auge del aceite valenciano: un paseo por el Alto Vinalopó

En nuestro país podemos estar orgullosos de los aceites que producimos y de la riqueza que ello supone. Sin embargo, creo que tenemos poco desarrollada la cultura del olivar o del aceite en particular. Vivimos en una sociedad donde muchas veces hablamos de los productos de forma genérica. A diferencia de lo que ocurre con el vino, en cuanto a Denominaciones de Origen Protegidas, variedades de uvas y procesos de elaboración, con el aceite no ocurre exactamente lo mismo. Eso significa que estamos muy verdes todavía, aunque palabras como Arbequina, Picual, Serrana, AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra) nos empiezan a sonar y eso es gracias a la labor que poco a poco pequeños productores y cooperativas van desarrollando con sus proyectos dándoles cada vez más visibilidad. Estamos en el camino pero todavía queda mucho por recorrer.

Y curiosamente la pasada semana me encontré con Luis Martínez. Una persona comprometida con el medio ambiente y con su entorno más cercano. Una persona con una forma distinta de interpretar un negocio familiar, que desde hace varias generaciones apuestan por un producto ecológico. Luis pone en valor su tierra y su gente y se le nota lo orgulloso que de ellos está. Por ello, su familia, la familia Montaña, ha sabido interpretar a lo largo de los años y a través de sus olivos, un proyecto que junto a su hermano Ximo y su padre Vicente Martínez García de 77 años, llevan a cabo en la población de Cañada, mirando al futuro y siguiendo tres premisas: la tradición, la tecnología y la sostenibilidad.

Cañada está situada en la comarca del Alto Vinalopó, en la parte más occidental del valle de Biar, Alicante. Una pequeña población con apenas mil doscientos habitantes rodeada por las Sierras de la Solana y de San Cristóbal, destacando por su agricultura y su maravilloso fondillón. Olivos, viñedos, frutales y almendros son su motor económico. Allí nace Octobris, del latín octubre, un proyecto cargado de romanticismo con olivos centenarios de la Rambla de Panadero que generación tras generación han producido uno de los mejores aceites del mundo.

Todo empezó con el abuelo Miguel, un hombre que según cuenta Luis era bastante obstinado y con las ideas muy claras. Su hijo y sus nietos han sabido extraer la esencia de su legado y de aquella personalidad para plasmarla en sus aceites. El abuelo Miguel junto con su hijo apostaron por nuevas variedades desconocidas en la zona que plantaron en los años 90, siendo pioneros en la agricultura ecológica y el uso de nuevas técnicas de riego y cultivo. Hoy en día la Picual, Cabaret y Rojal de Alicante son sus protagonistas.. Un cultivo ecológico donde el abono utilizado es el de las ovejas y la plaga de la mosca se combate con trampas elaboradas con recipientes cargados de feromonas donde la mosca entra y muere sin llegar a fecundar.

De la aceituna Picual extraen unos siete mil litros de su aceite Verde Ecológico Premium. Un aceite aromático con gran personalidad, intenso y persistente ideal para maridar con verduras, tostadas y ensaladas. Por otro lado, nos encontramos con la producción de unos diez mil litros de su aceite Maduro Ecológico elaborado con la aceituna autóctona Rojal de Alicante o también llamada Alfafarenca. Un aceite con cuerpo y personalidad, ideal para tomar en crudo y para cocinar. Luis nos comenta que tiene muchos polifenoles y que aguanta muy bien la temperatura.

Pero si hablamos de tecnología, la familia Montaña siempre ha tenido claro que para obtener AOVE's de calidad debe apoyarse en la tecnología más avanzada y en procesos pioneros, aplicándolo desde el olivar hasta la comercialización del producto final. Estamos en una zona de pocas precipitaciones y por tanto según nos explica Luis, el control hídrico es fundamental. Por ello, en el campo utilizan sondas de control de humedad y nutrientes para optimizar el riego y así mejorar la huella hídrica del cultivo. Poseen un control de sus olivares vía satélite de forma que pueden llevar un control de la fotosíntesis, del agua en hoja, de las plagas y del abono. En la producción cuentan con maquinaria de última generación para obtener un producto con la máxima calidad y seguridad alimentaria en sus aceites y otro avance en tecnología ha sido apostar por los envases más revolucionarios.

Pero también han querido construir el proyecto de Aceites OCTOBRIS buscando la tercera de sus premisas. La sostenibilidad en cada fase. Se ha apostado por un revolucionario sistema de envasado, packaging y logística que mejora la calidad del aceite, la seguridad alimentaria y reduce la huella de carbono, mejorando medioambientalmente tanto el proceso como el producto final. El proyecto de Aceite de Oliva Virgen Extra OCTOBRIS, por tanto, contribuye a la salud de las personas y del planeta, desde el cultivo y cuidado del olivar, hasta la distribución del aceite y la gestión del envase vacío, incorporando el Bag in Box para fomentar un cambio social en la forma de consumir el aceite.

Actualmente producen un estuche de cata de 20, 100 y 250 ml. donde encontramos aceite con sabor a naranja, limón o romero. Su aceite con sabor a naranja marida con aves, cerdo, quesos, cremas, frutas, etc. El aceite con sabor a limón casa con los pescados y mariscos, mermeladas y quesos. Y el de romero lo podemos aderezar con arroces, quesos curados, carnes o setas. Una verdadera delicia.

Por otro lado, su aceite Verde Ecológico Premium se envasa en formato de medio litro y el Maduro en formato de tres, cinco y quince litros, siendo un aceite ideal para uso doméstico y en la restauración. En definitiva, un proyecto que conjuga lo mejor de la tradición, sin dejar de mirar al futuro de forma sostenible y con todos los adelantos técnicos que tienen a su alcance. Una labor pedagógica que nos permite conocer un poco mejor el mundo del aceite y la cultura gastronómica de Cañada.

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