De la hamburguesería familiar a mejor sumiller de la Comunitat

Un entusiasmo inculcado desde muy pequeño, trabajando como camarero en el negocio familiar: la hamburguesería de mi familia, el popular local Los Martínez, en Alicante. A partir de ese primer contacto con el oficio, Antonio se fue formando en la sumillería a partir de un largo peregrinaje por distintos centros, empezando por el CDT de Alicante. «En 2018 hice el curso de sumiller profesional en la escuela de catas de Alicante por la Cámara de Comercio y actualmente tengo la titulación Wset nivel 3 en vinos» señala. Su currículum incluye una larga experiencia, a pesar de su juventud, de nueve años en el Gourmet Experience de El Corte Inglés y desemboca en su actual desempeño en Exclusivas Uriarte, «una gran distribuidora de vinos de la provincia de Alicante».

Un equipaje profesional que le sirvió para presentarse al certamen con un entrenamiento forjado por la experiencia de haber quedado segundo en la edición anterior. «Me preparé para este año con toda la ilusión y la esperanza, con mucho trabajo y esfuerzo porque quería aprender de los errores del año pasado», confiesa. «Mi objetivo es mejorar cada día», agrega. Un propósito que tiene todo el sentido teniendo en cuenta el exigente nivel de la prueba. «Fue de un concurso de gran nivel», advierte. Se presentaron otros 38 competidores, que tuvieron que pasar como él por una serie de exámenes: el teórico, «con una dificultad enorme, con muchas preguntas de producto y también a nivel internacional». Luego llegó el turno de la cata a ciegas de vino: las blancas, de Bruno murciano y el tinto, El Perdío de Valsangiacomo.

Salvado este preámbulo, los tres mejores notas llegaron a la prueba final, donde el jurado les sometió a cinco complicadas pruebas: una cata de destilados a ciegas, una carta errónea, 3 una decantación, un maridaje y una prueba de sobremesa. Una tortuosa evaluación que concluyó con su proclamación como mejor sumiller de la Comunitat. Era el momento de la euforia y del reconocimiento a sus maestros. Una larga lista de referentes: Antonio Llorens, Miguel Ángel Garri, Ángel Ivorra, Pedro Ruiz, Sergio García, Ángela Rodríguez, Juan Luis Gallego, Óscar Daniel Maril, Roberto Madrona, José Diego Ortega, Héctor Pardo, Carmen Flori… De todos ellos se acuerda ahora Antonio, todavía en una nube de felicidad que no nubla su lucidez: cuando se le pide que aproveche este momento de gloria para defender el creciente valor de los vinos valencianos, contesta en estos términos: «Cada día se están haciendo las cosas mejor: de hace unos diez 10 años hasta ahora se está apostando por recuperar las variedades autóctonas de las que nos tenemos que sentir tan orgullosos y que tan bien se adaptan a nuestro clima y nuestro entorno».

Un elogio que concluye con esta frase. «Somos nosotros, los que estamos en la calle, quienes tenemos que defender primero lo nuestro, lo de nuestra zona, porque tenemos una gastronomía referente y los vinos cada vez más están a su altura».