Nuevo reconocimiento para el tinto Barón de Turís Crianza

La Baronía de Turís celebra un nuevo hito en su trayectoria vinícola: su Barón de Turís Crianza 2022 ha sido galardonado con la Medalla de Oro en Mundus Vini, uno de los certámenes internacionales más influyentes del sector. Este reconocimiento, otorgado por un jurado compuesto por expertos enólogos, sumilleres y críticos especializados, resalta la calidad y singularidad de este vino, elaborado con uvas tempranillo y un pequeño porcentaje de merlot. Los frutos pasan por mesa de selección y tras la fermentación de los mostos pasan a ser envejecidos en barricas de roble americano durante al menos seis meses. Catamos esta añada del 2022, mostrando en copa un atractivo color cereza con irisaciones moradas. Aromas a frutos rojos y negros bien maduros, toques especiados y avainillados que recuerdan un paso por el tonel. Paso sedoso por boca, de taninos edulcorados.

Visitar la bodega

El enoturismo permite ahora conocer una parte importante de la historia de los vinos valencianos a través de una visita a la bodega. La Baronía se fundó en el primer tercio del siglo XX, fue en el año 1920 cuando se reunieron en el Sindicato Agrícola un grupo de viticultores para estudiar la conveniencia de constituir una sección para la elaboración y venta del vino. Una vez en marcha la cooperativa se iniciaron los trámites para la compra de los terrenos y para construir un edificio que albergara la bodega. Esta fue diseñada gratuitamente por el ingeniero Rafael Janini y a imitación de las del Languedoc francés. De la bodega hay que destacar sobretodo la fachada, en la que los motivos geométricos y las ventanas de hierro le dan un aspecto modernista que era el estilo arquitectónico imperante en la época. La Baronía fue una de las pocas cooperativas que ya en los años veinte apostó por la comercialización directa y el embotellado de sus vinos, empezando a vender directamente sus vinos al público. Los primeros vinos embotellados, aunque de forma artesanal, datan de finales de los años veinte y merecieron una medalla de oro en la Exposición de Barcelona de 1929. A comienzos de los años 70 la demanda empezó a exigir vinos embotellados, lo cual obligó a la instalación de la primera embotelladora, de la que empezaron a salir en 1975 las primeras grandes remesas de botellas. Estas y otras historias de la viticultura valenciana son las que se descubren en las visitas concertadas que terminan en su sala de catas disfrutando de algunos de sus vinos acompañados de productos tradicionales.

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