Los vinos blancos DOC Rioja visitaron Valencia

La caída generalizada de las ventas de vino tinto y el auge de blancos y en menor medida rosados en los últimos años se ha traducido en un dilema de difícil solución para regiones vinícolas cuyas castas no es que hayan sido tradicionalmente uvas tintas, en el caso de Rioja la variedad tempranillo, sino que abandonaron en los años 70 el interés por la elaboración de blancos salvo dos referentes: Viña Tondonia y CVNE, creadora de Monopole, sinónimo de blanco de prestigio hasta casi final de siglo (afortunadamente la recuperaron en 2014). En Rioja las bodegas abandornaron los blancos para centrarse prácticamente en la elaboración de tinto. Sí, es cierto que siempre hubo viñedos minoritarios dedicados a uvas blancas, como la viura, la maturana o incluso la rareza del tempranillo blanco. En los últimos años estos viñedos se han potenciado y otros de tempranillo andan en su transformación. La DOC Rioja ha decidido promocionarlos y ha promovido entre sus bodegas la participación en el Salón Blancos de Rioja, que han visitado Madrid y Valencia esta misma semana.

Los profesionales de la hostelería y del mundo del vino tuvieron su cita ayer jueves en el hotel SH Valencia Palace. Allí se degustaron desde los blancos jóvenes hasta los grandes reservas, vinos creados a partir, tanto de las variedades tradicionales como viura y malvasía, como más recientes en la que participan la garnacha blanca, tempranillo blanco, maturana blanca e incluso variedades foráneas admitidas como chardonnay o sauvignon blanc. El resultado de esta acertada reacción es que hoy por hoy sus vinos blancos ya representan el 10% de la producción frente al 5% que suponían hace una década y lo mejor, las exportaciones de estos andan creciendo.