Secciones
Servicios
Destacamos
Martes, 1 de agosto 2017, 00:51
A Joaquín Araújo (1947, Madrid) dos veranos le marcaron para siempre. El primero, el de 1967. «Era muy amigo de Leopoldo María Panero y aquel año me invitaron a pasar el verano en la casa de la familia en Astorga. Vivir en aquel ambiente intelectual y enormemente culto, en el que se organizaban concursos de poesía y se leía a los clásicos, fue algo único e inolvidable». Luego, una década después, el poeta convertido en naturalista compraría su finca de Extremadura y comenzaría a pasar en ella mucho de su tiempo. «El primer verano allí tampoco lo podré olvidar. Fueron mis primeros meses en el bosque, el momento de empezar a plantar mis árboles y construir mi casa».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Favoritos de los suscriptores
Localizan el cadáver de un motorista en la V-30 horas después de sufrir un accidente en Valencia
Ignacio Cabanes/Gonzalo Bosch
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.