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Bradley Cooper y sus parejas.
Bradley Cooper y sus novias

Bradley Cooper y sus novias

Sexy, guapo, inseguro y manipulador, según sus ex. Bradley Cooper, nuevo novio de Irina Shayk, triunfaba como rey de las borracheras y ahora es abstemio

francisco apaolaza

Miércoles, 13 de mayo 2015, 17:05

Esta historia es un intento desesperado por rescatar la biografía de un hombre antes de que pase a convertirse sencillamente en El novio de la ex de Cristiano Ronaldo. Quédense con el nombre, porque a partir de ahora lo van a tener hasta en la sopa. Se llama Bradley Cooper y además de ligarse a Irina Shayk, modelo aupada por la prensa del corazón a la categoría de maciza internacional, ha hecho alguna cosa: 37 películas, varias de ellas como productor, 3 obras de teatro y 14 series de televisión. Se imaginarán que no es feo, ni pobre. En realidad, él es el guapo oficial del colegio y ella, la jefa de animadoras. Son los últimos reyes de la fiesta.

Quizás les suene su cara. Bradley Cooper (Filadelfia, 1975) es el atractivo protagonista de la exitosa trilogía de Resacón en las Vegas, el tipo medido, el de los ojos claros, el que toda suegra quiere como yerno, aunque esto tenga algunas objeciones que veremos más adelante. Antes de que se hiciera famoso, Cooper era el hijo monísimo de Charles, un bróker de la bolsa de Merril Lynch ya fallecido, y Gloria, una presentadora de televisión de la NBC. Con esos padres, salió un triunfador del sueño americano. En la guardería quería ser cocinero, pero pronto le tiró la fama. Le decían que tenía una cara de película, así que, después de la carrera (se graduó en Filología inglesa en la Universidad de Georgetown) entró en el Actors Studio, y la suerte le miró a esos ojazos azul cobalto que escoltan su seductora sonrisa.

Un anuncio de comida rápida después, estaba haciendo un cameo en Friends. Desde entonces fue rodando películas hasta que entró en Los Rompebodas (The Wedding Crashers, 2005) y finalmente en la célebre Resacón en Las Vegas (2009), la desmadrada despedida de soltero en la que el novio y tres amigos se montan la juerga de su vida en la capital del vicio y a la mañana siguiente no pueden recordar nada de lo ocurrido la noche anterior.

Pero en su vida, como en la de todo el mundo, nada es como parece. En realidad, Coop, que cumplió en enero 40 años, se hizo de oro con aquel himno a la borrachera y a la fiesta, es abstemio y hogareño. Tiempo atrás bebía, y mucho, pero le gustaban tanto las copas que a punto estuvo de írsele de las manos. La inseguridad le empujó al alcohol. Ocurrió cuando estaban rodando la serie Alias (2001-2006). Le flaqueaba la confianza y quiso enderezarlo entrando en una destructiva espiral de drogas y alcohol de la que tuvo que salir de un solo golpe. "Fue una época difícil. A los 29 años dejé el alcohol porque no quería que saboteara mi vida", dijo en una entrevista.

Matrimonio de meses

La carrera cinematográfica de Cooper le ha llevado cuatro veces al portal de la gloria de los nominados a los Oscar, la más reciente por El francotirador (2014). Esta última ha sido su película más polémica al meterse en la piel de Chris Kyle, un marine del ejército norteamericano que mató a 255 personas durante su carrera militar. Para los republicanos, ha resultado una oda al ardor patrio y para otros, un canto a la violencia, a la cobardía y a lo que no debería ser Estados Unidos. Para parecerse a su personaje, un soldado grande y fuerte, Cooper levantaba pesas cinco horas al día y consumía 6.000 calorías (el triple de lo normal), una rutina que le originó serios problemas de espalda, ya que su cuerpo no era capaz de aguantar el peso extra.

Cooper también ha dejado algún que otro cadáver en el armario de su vida real. En 2006 se casó con Jennifer Exposito. Aquello duró un suspiro, apenas cuatro meses. Después de enterarse de que ella había pedido el divorcio, tuvo que escuchar la retahíla de reproches de su ex pareja. La actriz de Blue Bloods dijo que había obviado "todo un batallón de banderas rojas" que le invitaban a escapar de la relación, pero que siguió adelante. En 16 semanas de matrimonio, descubrió a un tipo divertido, inteligente, guapo y también a un hombre "engreído, arrogante, manipulador, frío y con una personalidad cambiante".

Después de que Exposito y Cooper se divorciaran, ella se lanzó en brazos del modelo británico Louis Dowler, que a su vez era ex de Kate Winslet, que lo había dejado tirado en una isla del Caribe para, al parecer, largarse con el magnate Richard Branson.

Cooper, que como se imaginarán a estas alturas, no es de los tipos a los que nadie saca a bailar en las fiestas, rehizo su vida con la actriz Rennée Zellwegger, con la que estuvo dos años. Cuando la relación parecía más que consolidada llegó la ruptura en 2011, el mismo año en que la revista People le eligió como el hombre más sexy del mundo. "Creo que mi aspecto es decente. A veces puedo lucir genial y otras veces estoy horrible", dijo el intérprete a la publicación.

Luego llegaron Jennifer Lopez, la bella Zoe Saldana, de Avatar, la modelo Suki Waterhouse... hasta que Irina se cruzó en su camino. Sabemos que Cooper no duda en hacer gala de su destreza con el francés y de su pasión por las motos..., poco que ver con CR7.

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