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El diputado laborista Simon Danczuk, ayer al llegar a su oficina en Rochdale, mientras varias personas le increpan en la calle.

Sexo y vino en España

El Partido Laborista expulsa al parlamentario Simon Danczuk por mandar mensajes obscenos a una menor durante las vacaciones de verano. «Estaba borracho, cachondo y solo», se justifica

FERNANDO MIÑANA

Jueves, 7 de enero 2016, 20:44

El 25 de diciembre, hace solo 12 días, Claire Hamilton compartía en las redes sociales una idílica foto de la comida de Navidad junto a su novio, el diputado Simon Danczuk. Los dos sonríen a la cámara junto al árbol iluminado. En la mesa, dos platos con comida y una inocente botella de vino. Días después, según se ha sabido ahora, Claire rompió con el político laborista de 49 años al descubrir unos obscenos mensajes de texto que había enviado el pasado verano a una menor.

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El partido laborista le ha expulsado y él ha pedido perdón después de confesarlo todo en 'The Sun'. «Estaba borracho, cachondo y solo», esgrime como coartada para justificar sus inapropiados mensajes, enviados cuando disfrutaba de unas vacaciones en España. Pero los tabloides británicos han ido tirando del hilo y resulta que ni las borracheras ni el sexo como obsesión eran tan esporádicos ni la menor, según publican, tan cándida.

El acto es injustificable, pero algunos periódicos informan de que Sophena Houlihan, que así se llama la víctima que acaba de cumplir 18 años -tenía 17 en verano-, vendía bragas usadas en internet a 15 libras o se anunciaba bajo seudónimo (Goddess Rosalie von Morell) como dominatrix en una página web.

Durante esos días en los que se pimplaba tres botellas de vino, le escribía a la adolescente cosas de este calibre: «Aún no te he visto el culo», «¿Me dejarías azotarte?» y «¿Cómo me usarías si estuviera ahí contigo?». El diputado, que reconoce que las mujeres jóvenes son su «talón de Aquiles», cuenta que se conocieron cuando Sophena le pidió trabajo en su oficina y que, más adelante, le insinuó lo bien que le quedaría su vestido blanco... tirado en el suelo de su apartamento.

El escándalo está sacando del desván, hora a hora, viejos trapos sucios del hombre que fue elegido diputado por Rochdale en 2010. No han tardado en aparecer en escena las exmujeres del político. Sonia Rossington, la primera, de quien se divorció en 2010, ha sido la más dura y parece dispuesta a airear sus trapos más sucios. La madre de dos de sus cinco hijos relata en los medios que, además del problema con el alcohol, también era consumidor de drogas.

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¿Doble rasero?

  • defensor de los menores

  • Simon Danczuk se había ganado un prestigio por sus campañas contra los abusos sexuales a menores. Ahora, tras saltar el escándalo, reconoce «Las mujeres jóvenes han sido siempre mi talón de Aquiles»

  • Su primera exmujer asegura que estaba obsesionado con azotarla. Y que quería usar drogas, porno y todo lo que pudiera excitarle sexualmente.

Rossington, diez años más joven que Simon Danczuk, le acusa de intimidarle, de intentar forzarla mientras dormía, de presionarla para mantener relaciones sadomasoquistas, de estar obsesionado con usar el látigo y de aderezar sus relaciones con el porno y el popper, una sustancia química (nitritos de alquilo) que aumenta el placer sexual. Y sobre el asunto de los mensajes, declaró al 'Daily Mail': «Nuestra hija mayor no es mucho más joven que la chica a la que quería azotar Simon y nuestro hijo tiene ya muchos problemas en la universidad por compartir apellido».

Danczuk ya no puede pasear con misma libertad que cuando se hacía fotos románticas con su novia. Ayer se encontró a varias personas exigiéndole la dimisión como parlamentario. El diputado, que al parecer también ha perdido la vergüenza, ve en ese movimiento social una treta política y asegura que el electorado le pide que siga adelante. «No corresponde a mis exnovias o exmujeres determinar quién es el diputado por Rochdale, son los vecinos quienes lo deciden».

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Con un psiquiatra

Su segunda exesposa, Karen, conocida por su afición a los selfis con generosos escotes en las redes sociales, salió en su defensa. «Estoy siendo firme con él, no hay excusas y le digo que lo que hizo estuvo mal, pero creo que puede rehacerse y yo voy a estar apoyándole al cien por cien», ha declarado esta mujer 17 años más joven que Danczuk después de recordar que el domingo le acompañó a misa y que los feligreses le recibieron con afecto.

El parlamentario laborista, que paradójicamente se hizo un nombre haciendo campaña en nombre de los menores víctimas de abusos sexuales, sigue culpando de todo a la botella. «Tengo un problema con el alcohol y esa es la principal razón por la que mandé esos mensajes. He estado viendo a un psiquiatra que me aconsejó que dejara la bebida desde hace seis meses. Me siento horriblemente por todo lo sucedido, siento haber decepcionado a mi familia y estoy afrontando con mis (cinco) hijos lo ocurrido. Ya no tendrán que esperar a hacerse mayores para descubrir todo esto».

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Y su tercera pareja, Claire Hamilton, también 17 años más joven, corrobora su adicción a la bebida. «Simon no tiene un botón de stop cuando empieza a beber. Puede ser una persona encantadora y divertida, pero en cuanto toma una copa se vuelve desagradable y nadie desea estar a su lado». Danczuk centra ahora sus esfuerzos en salvar su carrera política: «Hay una enorme diferencia entre lo que he hecho en mi vida privada y el trabajo desarrollado en materia de explotación sexual infantil».

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