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Manolo Blahnik se convirtió en la estrella de 080 Barcelona Fashion.
«Adoro los pies de los pescadores sicilianos»

«Adoro los pies de los pescadores sicilianos»

Manolo Blahnik, el zapatero más famoso del mundo, está obsesionado por la belleza. Al creador canario le gusta la «gente diferente»

LUIS GÓMEZ

Martes, 16 de febrero 2016, 20:35

«Por favor, comida sin sal para el señor Blahnik». El zapatero más prestigioso, un enamorado de la copla, terminó casi al borde de la extenuación y sudando la gota gorda en su reciente visita a Barcelona. Manolo Blahnik (Santa Cruz de la Palma, 1942) se pasó casi tres horas firmando dedicatorias en la solapas de sus lujosos libros con guantes blancos y fotografiándose junto a cientos de admiradoras sin rechistar ni poner un mal gesto. Fue el rey de la pasarela 080 Fashion. «Ya estoy como un chorro de agua, así que ahora pregunte lo que quiera», sugiere sin un ápice de su acento canario este creador que, hasta que se lesionó el tobillo de la pierna derecha, se probaba todos los zapatos que hacía. El precio medio de uno de sus pares ronda los 800 euros.

Empezó haciendo zapatos para Bryan Ferry.

¿Cómo sabía eso de Bryan? ¡Ay, el viejo Bryan! Sí, todavía está por ahí.

Luego se entregó a las mujeres, pero ahora vuelve con la primera colección de zapatos para hombres. ¿Cómo son estos modelos?

Estoy haciendo más, pero nunca dejé de crear zapatos masculinos. Son pequeñas colecciones y ahora veo que vendo una enorme cantidad de zapatos de color para los hombres. ¿Cómo voy a desaprovechar una oportunidad habiendo tanta gente que quiere que haga esto?

Fabula con los zapatos...

Antes lo hacía mucho más, ahora ya no tengo tanto tiempo. Ja, ja.

¿Es lo que realmente le fascina?

Me gusta imaginar los zapatos que calza la gente y quiénes se pondrán los que yo hago. Si una chica del pueblo o una de la alta sociedad. A mí me da igual, porque la barreras ya no existen.

¿Se dedica a embellecer la parte posiblemente más fea del cuerpo humano: los pies?

¿Los pies? No estoy de acuerdo con usted. ¡Noooo! Los pies son bellísimos, ¡be-llí-si-mos! Praxíteles, Fidias... ¡Mire esos cuadros y observe lo que son los pies griegos! Los hombres mediterráneos tienen buenos pies. Los mejores los han tenido siempre los pescadores sicilianos. Nunca usan zapatos porque van descalzos, y así los tienen de perfectos. Adoro sus pies.

¿Los zapatos hablan con los pies?

Sí, al menos, en mi imaginación.

¿No le hacen falta suelas rojas como a otros ilustres colegas para ser reconocido?

¿Qué es eso de la suela roja? No sé lo que es.

El sello de distinción de Christian Louboutin.

¡Ah, pensaba que se refería a Saint Laurent! Fue mi ídolo y los hacía con las suelas rojas. (Deja pasar un par de segundos) ¡Ah, ya sé a lo que se refiere! Y no, no. ¡Por Dios, yo no necesito esas suelas!

¿Cuál es su sello de identidad?

Pues no lo sé. ¡Yo mismo! La gente los reconoce, aunque yo no.

Sostiene que los trajes y zapatos deben lucir un aire algo gastado.

Sucios no, pero remendados y perfectamente limpios... ¡Así es cómo me encantan! Tengo trajes comprados hace 30 años.

También hace calcetines, posiblemente una de las prendas más repudiadas.

Hice calcetines una sola vez y no me interesan tanto.

Sigue echando falta a la difunta Anna Piaggi, icono de moda durante décadas, y a la modelo de los 70 Tina Chow.

¡Y tanto! Representaron un momento muy feliz de mi vida porque me dieron tanta inspiración y tanto cariño. Eso no se puede reemplazar nunca. ¡Jamás!

«Soy generoso, pero no loco»

¿Se ha pasado toda la vida persiguiendo la belleza?

Desgraciadamente, sí. (Risas). A veces tengo éxito y otras no. Pero me encanta. Me apasiona la gente bella y diferente.

¿La vida se ve mejor desde un par de 'manolos'?

Bueno, eso pregúnteselo a quienes los llevan. Yo no lo sé. Digo yo que la verán como quieren.

Tampoco le gustan mucho los reconocimientos. ¿Le incomodan porque aprecia en ellos un cierto aire de despedida?

No me gustan, pero sé que tengo que hacerlo. Soy de una generosidad total, pero no un loco.

¿Es consciente de que es uno de los hombres más influyentes de la industria de la moda del siglo XX y de lo que llevamos del actual?

No tengo esa percepción. Yo soy un dibujante de zapatos y quizá un artesano, también un poco arquitecto. Para hacer un buen tacón, hay que serlo.

Los grandes gurús le rinden pleitesía.

Sé que lo dice la gente. Pues bueno, perfecto. Yo soy antiguo y hace tiempo que no estoy al corriente de las tendencias. Tengo pánico a la moda.

Muchas mujeres matarían por sus 'manolos'.

La moda se ha convertido en un espectáculo para entretener a gente simple que no tiene ilusión. Es un sistema caduco. Yo volvería a los tiempos de la alta costura, con aquellos pequeños shows en los que las modelos salían con un cartelito y un número. Sin música. Esa manera de caminar, ¡esas chicas sabían andar!

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