«No soy un 'sex symbol' en potencia»

Irónico, bromista, divertido, juguetón... No tiene el perfil ni los ojos de su padre, pero tampoco los necesita. Chino, el hijo actor de Ricardo Darín, se ha venido de Argentina y está haciendo 'las Españas', tanto dentro como fuera de la pantalla. Hace unos días protagonizó en Barcelona la inauguración de The Art Room, un espacio efímero creado por la marca de ginebra Bombay Shapphire para provocar la fusión del mundo del arte, la música, el diseño y la coctelería... El porteño dribló con una habilidad digna de su paisano Messi todas las preguntas relacionadas con su nueva pareja, la actriz catalana (ex novia del modelo Andrés Velencoso) Úrsula Corberó. «¿Úrsula, Úrsula...? ¿De qué me suena?».

A sus 27 años, Chino se siente liberado del enorme peso de tener como padre a un genio de la interpretación. «A mí me cuesta verlo así. Es mi padre, lo veo a diario por casa en pijama, despeinado, hecho un zarrapastroso», bromea. Aún así, de jovencito, eligió estudiar dirección cinematográfica porque quería «encontrar mi propio espacio» y pensó que «con un Darín frente a las cámaras ya había bastante». Pero la cabra tira al monte y no pudo evitar meterse en un taller de teatro. Empezaron a lloverle ofertas y decidió probar como actor... Hoy día en Argentina es sobradamente conocido por sus papeles en teleseries de prestigio. Entre ellas, 'Historia de un clan', donde su desnudo de espaldas, en la ducha, incendió las redes. «Francamente, creo que mi culo está sobrevalorado», declaró el joven Darín para rebajar la polémica.

Aquí acaba de llegar y ya ha besado el santo. Graba una serie para Antena 3 titulada 'La Embajada' y participa también junto a Penélope Cruz en el rodaje de 'La reina de España', la secuela de 'La niña de tus ojos', de Fernando Trueba. Chino no puede pedir más. Se declara feliz en lo profesional y en lo personal. En Budapest ha tenido la suerte de trabajar al lado de Penélope, de la que se declara ferviente admirador. «Es fantástica, no me alcanzan las palabras para describirla. Como compañera de trabajo es muy generosa. Cuando ves a alguien con ese renombre arremangarse para ir a sacar el jugo a cada escena te sorprende muy gratamente. Ella es una estrella mundial, donde caiga todo el mundo se da vuelta para verla y hay medidas que debe tomar para proteger su vida personal, pero como compañera de trabajo es de lo más cálida».

Y si en 'La reina de España' ha descubierto Chino a una gran colega, en 'La Embajada', donde interpreta al joven amante de Belén Rueda, ha encontrado a su nueva compañera de vida: Úrsula Corberó. Lo confirman las fotos que los muestran a ambos paseando por Madrid (a veces en compañía de Ricardo Darín), o el ramo de flores que ella subió a Instagram el día de San Valentín, o la imagen de la tarta que él publicó el día de su cumpleaños...

«Son muy complicadas»

«Siempre he dicho que no iba a salir más con una actriz, que ni lo iba a volver a intentar porque he tenido experiencias anteriores y las actrices son muy complicadas», admite el actor, quizá recordando su anterior relación con la intérprete argentina Calu Rivero, cuya ruptura le dejó «asexuado», según confesó a un amigo. Pero ha vuelto a tropezar en la misma piedra y lejos de lamentarlo se consuela al pensar que «salir con alguien de este mundillo tiene la ventaja de que no te va a montar un pollo porque te beses con otra en una película. Al menos en teoría».

Cuenta Chino que el apodo se lo pusieron para evitar confundirle con su padre, «porque los dos nos llamamos Ricardo». Y también, «porque de niño tenía los ojos rasgados y era muy chinito». Opina que los latinoamericanos «somos más invasivos que los españoles» y agradece que en Madrid «me estén haciendo sentir como en casa a pesar de estar a 10.000 kilómetros de mi tierra». Lo que no entiende es que le etiqueten de 'sex symbol' en potencia... «No, no -responde riendo-. Yo no me considero un sex symbol ni en potencia». Y si alguien insinúa una rivalidad con su padre, este hincha del River vuelve a escaparse por la banda: «Claro, ya ni nos dirigimos la palabra para no pisar el territorio del otro, ja, ja, ja... La verdad es que hacemos chistes sobre eso. Nos llevamos muy bien y jamás competiríamos». Es el estilo bromista del joven Darín, que ha aprendido a sacudirse el sambenito de 'hijo de' riéndose hasta de su sombra.