La gran familia Casanova

Somos más de 300 Casanova y en esta familia nunca hemos reñido». De este modo resumía Antonio Casanova en Revista de Valencia el estrecho vínculo que une a todos los miembros de uno de los clanes históricos valencianos. Y las palabras del presidente de Casa Caridad quedaron más que refrendadas por los hechos este fin de semana, cuando 325 Casanova y consortes protagonizaron un multitudinario encuentro familiar con dos únicos precedentes, en 1971 y 1996.

El lugar elegido para reunir a los descendientes de Manuel Casanova y Albert y Francisca Aguilar y Almenar fue la finca de su propiedad emplazada en Campo Aníbal, donde se celebraron los 224 años documentados de la historia de esta familia, estando representadas cuatro generaciones.

Tras la misa, por supuesto celebrada por un Casanova, y la posterior comida -como es lógico no faltaron las paellas-, llegó el turno de los discursos. En ellos se hizo hincapié en el origen francés del apellido, con referencias a los últimos antecesores conocidos, que datan de 1792 y cuya identidad se ha desvelado gracias a una ardua labor, debido a la pérdida de archivos eclesiásticos durante la Guerra Civil.

Después de las proyecciones de las dos anteriores reuniones familiares, que permitieron recordar a quienes ya no están presentes, algunos asistentes tomaron la palabra para destacar la valencianía de este apellido y su relevancia en el desarrollo de la ciudad. En este sentido, también se incidió en la labor social que muchos Casanova vienen desarrollando por medio de su colaboración con diversas oenegés tanto españolas como extranjeras.

Un portavoz de la familia subrayó la confraternidad reflejada en un encuentro que sirvió además para reivindicar la importancia de la institución familiar, «indispensable y necesaria para la convivencia social».