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Domingo, 21 de agosto 2016, 00:04
Era el chico de oro que reunía todas las cualidades físicas y profesionales para volver locas a las adolescendentes. Leif Garrett lo tenía todo: fama, contratos y dinero; pero su carrera dio un drástico giro cuando apenas había comenzado a consolidarse como cantante y actor. Este popular rubio de melena desenfadada debutó con apenas ocho años en el cine. Sin embargo, tendrían que pasar seis años más para conseguir el primer papel que hiciera popular su nombre en la serie 'Three for the Road'.
Pero al adolescente se le quedaba corto el mundo del cine y decidió aspirar a convertirse en un cantante de éxito. Su voz todavía no se había despedido de la niñez, por lo que conservaba un aire angelical, y su porte era perfecto para atraer a una legión de fans desenfrenadas. El primer contrato llegó a finales de la década de los años 70 y en 1978 su canción 'I was made for a dancing' se posicionó en lo más alto de las listas. Paralelamente decidió proseguir con la interpretación al aceptar participar en la película 'Rebeldes' de Francis Ford Coppola junto a otras grandes promesas juveniles como Tom Cruise o Patrick Swayze. Garrett pisaba fuerte y garantizaba una gran carrera profesional.
Más tarde confesaría en una entrevista que su predilección por las drogas empezó a una edad muy temprana, con apenas 14 años. Esto aceleró que antes de cumplir los 18 años tuviera un gravísimo accidente que truncara sus expectativas. El joven conducía su vehículo bajo la influencia de estupefacientes y su mejor amigo, Roland Winkler, quedó parapléjico. Leif Garrett ya no se volvió a escuchar con fuerza nunca más. Sus adicciones provocaron que fuera detenido en los años 2006 y 2010, llegando incluso a cumplir condena por ello.
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