Dolor en la familia Lecquio-Obregón

Álex Lecquio Obregón ha fallecido hace unas horas en el hospital de Barcelona a los 27 años de edad. El joven permanecía ingresado desde hace unas semanas para luchar contra el cáncer que le fue diagnosticado hace algo más de un año. Sus padres Ana Obregón y Alessandro Lecquio han permanecido a su lado en la ciudad condal donde habían alquilado un apartamento. Fuentes cercanas a la familia aseguran que en estos momentos están destrozados ya que aunque en los últimos días su situación era delicada no esperan este fatal desenlace.

Su madre no se ha separado ni un momento de él desde que le diagnosticaran la enfermedad y ha estado a su lado durante toda la lucha tanto en Estados Unidos como en Pamplona y Barcelona. La actriz y presentadora dejó aparcados todos sus proyectos personales y profesionales para dedicar toda su atención a su hijo Álex.

La lucha de Álex comenzó en 2018 con lo que parecía, según sus palabras «un tirón de espalda». Unas molestias que terminaron convirtiéndose en una batalla que durante siete meses se desarrollaría en en el prestigioso Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York. Hace año y medio la familia regresó a España para continuar aquí el tratamiento de Álex. En marzo de 2019, sin querer dar más detalles sobre la situación, Ana Obregón confesó que la «pesadilla» de su hijo había terminado.

El joven, durante todo este tiempo, continuó con el ritmo habitual de su vida profesional (o incluso más) al mismo tiempo en que continuaba acudiendo a sus revisiones. Los médicos, como él solía decir, le habían dado la «condicional», pero de vez en cuando tenía que pasar por boxes. «No para de trabajar, hasta en los hospitales está con el ordenador dale que te pego», comentaba su madre, orgullosa, a la revista 'Semana' hace unos días.

La fortaleza mostrada por el joven durante todo el proceso tuvo algunas recaídas y bajadas de defensas que le obligaron a cancelar sus compromisos profesionales. Sin ir más lejos, tuvo que ser ingresado en diciembre del pasado año y en febrero de este 2020, situación que preocupó y sobre la que tanto su madre como su padre trataron no hablar demasiado. «Él está muy esperanzado y nosotros esperanzados también. Esto es largo y duro y no se puede decir más. Él está optimista y muy esperanzado», apuntó escuetamente Lequio al ser preguntado por la prensa.