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REDACCIÓN
Viernes, 20 de noviembre 2020
Isabel Pantoja y Kiko Rivera están viviendo sus peores semanas en la relación madre e hijo después de enfrentarse por Cantora, la finca familiar que la tonadillera posee como herencia de su marido, el torero Francisco Rivera 'Paquirri', fallecido en septiembre de 1984 durante una corrida de toros en Pozoblanco.
Cantora y la herencia de Paquirri centran este sábado los contenidos del programa 'Sábado Deluxe', que someterá a la prueba del polígrafo a Laura Cuevas, hija del mayoral de la finca; Pepi Valladares, exasistenta de Isabel Pantoja, y Antonio Palacios, 'Tito', chófer y amigo del torero.
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El programa llega después de que Kiko Rivera asegurara en directo, en televisión, que su madre pudo alterar las verdaderas disposiciones del torero antes de su trágica muerte y que todos los objetos y recuerdos de su padre (que desde años han provocado disputas entre las dos familias) permanecen intactos en una habitación de Cantora y que nunca fueron robados.
Cantora fue el sueño en vida de Paquirri, una finca ganadera que el diestro compró para vivir en ella con su familia. Está ubicada entre las gaditanas localidades de Medina Sidonia y Vejer, en la conocida como ruta del toro, y cuenta con 370 hectáreas con zona de monte, de dehesa y de cultivo de secano, y 2.000 metros construidos sobre los que se dispone el camino de entrada una vez que se atraviesa el cartel que le da nombre.
La finca incluye la vivienda familiar, así como varias naves industriales dedicadas a la explotación agrícola y ganadera. Pantoja comparte la propiedad con su hijo Kiko.
Además, entre las comodidades de las que disfruta la finca se encuentran un salón de juego con gimnasio, sauna, bodega, trastero, piscina, caballerizas, garajes, oficinas y hasta una plaza de tientas de reses de 810 metros cuadrados y varias cuadras que entre todas suman 690 metros cuadrados.
Hace tres años, Isabel Pantoja puso a la venta la propiedad que heredó de Paquirri para mudarse a un piso en Madrid con vistas al parque del Retiro. Por aquel entonces, la tonadillera pidió un total de 7 millones de euros. Sin embargo, expertos del sector inmobiliario aseguraron que el precio estaba muy por encima del valor del mercado y situaron Cantora en torno a los 5 millones de euros.
Es más, en el año 2015 la famosa finca ya fue tasada por el Estado en 4,5 millones ante la posibilidad de que saliera a subasta pública para saldar la deuda de su hijo Kiko con Hacienda.
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