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La influencer Chiara Ferragni, en una imagen de archivo. AFP

Una famosa influencer, condenada a pagar un millón de euros por vender un dulce navideño con sobreprecio

La justicia italiana multa a Chiara Ferragni por prácticas comerciales engañosas en la venta de los pandoros de Balocco

Europa Press

Sábado, 16 de diciembre 2023, 02:08

La justicia italiana ha multado a la influencer Chiara Ferragni (una de las personas influyentes en la moda y de las más famosas del mundo, con casi 30 millones de seguidores en Instagram) y a sus empresas a pagar más de un millón de euros por prácticas comerciales desleales. Así, las autoridades han subrayado que la influencer promocionó junto a la empresa Balocco la venta de un dulce navideño a más del doble de su precio ya que, supuestamente, parte de los beneficios irían destinados al hospital de Turín.

Según la autoridad antimonopolio de Italia (AGCM), Balocco realizó tan solo un pago único al hospital un mes antes del lanzamiento del producto Ferragni Pandoro, que es el nombre del dulce, por lo que las ventas del producto no afectaron a las donaciones. AGCM también ha multado al pastelero italiano Balocco con 420 millones de euros, informa Reuters, ya que según se desprende de la investigación se vendió el pandoro -una alternativa navideña al panettone- a finales del año pasado, a más de 9 euros cada uno, en comparación con los menos de 4 euros de un Balocco pandoro normal.

Además, han afirmado que las empresas de la influencer no hicieron ninguna donación a pesar de recibir más de un millón de euros de esta iniciativa.

Por ello, ahora la justicia italiaana han multado tanto a Ferragni como a Balocco, tras considerar que han llevado a cabo una práctica comercial engañosa que ha manipulado a sus consumidores.

El motivo de la multa millonaria

AGCM dijo que la publicidad y los precios más altos indujeron a los consumidores a pensar que al comprar el pastel estaban contribuyendo directamente a una organización benéfica para la investigación del cáncer de huesos en un hospital de Turín, y también que la propia Ferragni estaba haciendo donaciones.

Balocco había realizado un pago único de 50.000 euros al hospital meses antes del lanzamiento del Ferragni Pandoro, por lo que las ventas del producto no tuvieron efecto en las donaciones benéficas, afirmó el regulador.

Añadió que las empresas sancionadas relacionadas con Ferragni no dieron dinero al hospital de Turín, a pesar de haber recibido más de 1 millón de euros por la iniciativa de marca y por las actividades promocionales relacionadas.

Ferragni se defiende: «Es una multa injusta»

En un mensaje en las redes sociales, afirmó que la colaboración con Balocco era «un acuerdo comercial» realizado con total buena fe, y en el que la donación hospitalaria realizada por el pastelero era un punto clave del acuerdo. Lamentando que alguien haya podido malinterpretar su publicidad, Ferragni dijo que apelará la multa de la AGCM, calificándola de «injusta».

Balocco, en un comunicado enviado a los medios italianos, dijo que tampoco estaba de acuerdo con la multa y se reservaba el derecho de tomar medidas para defenderse.

Pionera entre las influencers

Ferragni, de 36 años y nacida en Cremona (norte), ha montado un auténtico imperio a su alrededor. En un documental emitido hace unos años recordaba que en su librería de juventud tenía un libro en el que Paris Hilton alecciona sobre cómo convertirse en millonario. Ahora, pocos años después, ríe al decir que fue la heredera estadounidense quien la siguió primero en redes.

Su sueño comenzó a fraguarse con la apertura de su blog 'The blonde salad' en 2009, en el que publicaba fotografías de sus estilismos, y ahora, década y media después, es todo un fenómeno global con empresas y decenas de trabajadores a su cargo, colecciones de accesorios y ropa y un estudio sobre ella en Harvard. Hasta se codea con las figuras más relevantes del sector, tal y como se apreciaba en la película, que la muestra en un desfile sentada junto a la todopoderosa editora de Vogue América, Anna Wintour.

Se la rifan

Las marcas se la rifan y la toman por una auténtica pionera de la revolución digital que ha colmado el espacio que separaba a la alta moda del grueso de la sociedad, acercando sus productos.

La 'influencer' cuenta con todo un archivo de vídeo de sus años de niña, grabados constantemente por su madre, Marina Di Guardo, y su padre Marco Ferragni, dentista, y reconoce que la primera cámara de fotos que llegó a sus manos fue como premio de un supermercado. En el siguiente viaje que emprendió la familia, Chiara realizó cientos de fotos, hasta que su padre le pidió que dejara de hacerlo. Un consejo por lo que se ve del todo desacertado y que desoyó.

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