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D. Merino
Sábado, 10 de febrero 2024, 15:11
Período complicado el que atraviesa la corona real británica después de que se haya confirmado que el rey Carlos III padece cáncer. A esta situación se le suma la incertidumbre y el secretismo por el estado de salud de Kate Middleton, una de las figuras que goza de más reconocimiento y cariño por parte de los ciudadanos de Reino Unido.
Todo conmenzó con pequeños rumores y una ausencia prolongada ante los medios de comunicación hasta que saltó la bomba. Un comunicado por parte de la casa real para explicar una inesperada operación abdominal a la que era sometida la princesa de Gales que ha conmocionado a la población.
Algo que ha provocado dos situaciones contrapuestas, si bien la información en torno al monarca ha resultado más precisa y clarificadora, a pesar de no revelar qué tipo de cáncer padece, el silencio respecto a la esposa del príncipe Guillermo ha sido la tónica imperante.
El 17 de enero Kensington Palace revela en un comunicado que «su Alteza Real la Princesa de Gales ingresó ayer en el hospital para una cirugía abdominal planificada. La cirugía fue exitosa y se espera que permanezca en el hospital entre diez y catorce días. Según los consejos médicos, es poco probable que regrese a sus funciones públicas hasta después de Semana Santa». «Solo se proporcionará actualizaciones sobre el progreso de Su Alteza Real cuando haya nueva información significativa para compartir», añadía.
Al cabo de unas horas, otro comunicado real ve la luz. Esta vez informando de que el rey Carlos III se someterá a una operación debido a un problema de agrandamiento de próstata que no es grave.
En los días posteriores, el príncipe Guillermo despeja su agenda para poder centrarse en la recuperación de su esposa y cuidar a sus tres hijos.
Hacia el 24 de enero, Angela Levin, biógrafa de la reina Camila, se sienta en una tertulia televisiva y asegura que Kate padece un problema de salud mental y llega a comparar la situación de Kate Middleton con la vivida por Lady Di. A pesar de la importancia de sus palabras, ninguno de los grandes medios británicos se hace eco de sus afirmaciones. Permanece el misterio sobre el estado de salud de la princesa de Gales.
El rey Carlos III ingresa el 26 de enero en el hospital para su intervención de prostata. Ese mismo día, Camila comenta al salir por la puerta de la London Clinic que su esposo «está bien» y la operación ha ido según lo previsto. Mientras sucede todo esto, Kate sigue ingresada en el mismo hospital.
El 29 de enero se desvela que Kate Middleton ha recibido el alta y se encuentra en casa. Un comunicado afirma que «su evolución es favorable». Sin embargo, no existen imágenes de ella abandonando la clínica. Todo ello en una jornada que coincide con el alta del rey Carlos III, quien abandona por su propio pie el hospital privado London Clinic.
Una semana después los rumores sobre el estado de salud de Kate Middleton continúan. Se llega a rumorear que podría tratarse de un tipo de cáncer. Una noticia que no tardaron en desmentir de forma rotunda desde palacio para acallar habladurías.
El bombazo llega el 5 de febrero, con el anuncio del cáncer de Carlos III. Mientras tanto, ha pasado una semana después de que Kate volviera a su residencia, Adelaide Cottage. Desde Kensington Palace, lo único que especifican es que Guillermo ya está listo para volver a sus quehaceres reales y que la evolución de su esposa «es favorable».
El pasado 8 de febrero el príncipe Guillermo acude a varios actos dentro de su agenda oficial y habla de manera escueta sobre el estado de salud de su mujer. Agradece el apoyo y las muestras de cariño.
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