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ARANTZA FURUNDARENA
Sábado, 2 de febrero 2019, 00:56
Una máquina con cara de ángel. Es la imagen que proyecta Patricia Montero practicando yoga extremo con sus nueve meses de embarazo a cuestas. Claro que a esta actriz de 30 años, que de niña fue campeona de España y subcampeona de Europa en la disciplina de 'Fitness Infantil', la flexibilidad se le supone. A punto de entrar en la semana 36 de gestación, Montero asegura estar «demasiado tranquila». Tanto, que aún no ha comenzado los preparativos para la llegada de su segunda hija... «Solo hemos puesto la sillita en el coche», confesaba entre risas el pasado miércoles, durante la presentación en Madrid de una campaña para la reducción de plástico en los océanos impulsada por la marca de productos de limpieza Frosch.
Con un ajustadísimo vestido 'verde rana', el color corporativo de la firma que ahora amadrina, Patricia alertó sobre las consecuencias del sobreconsumo de plástico (unos 12.000 millones de toneladas de residuos previstas para el año 2050) y explicó cómo está concienciando a Lis, su hija de tres años, en el reciclaje. «Ahora, a la hora de tirar la basura, siempre me pregunta: '¿En qué color lo tiro, mamá?'».
Pareja desde hace diez años del actor Álex Adrover (intérprete de la serie 'Derecho a soñar'), al que conoció durante el rodaje de 'Yo soy Bea', esta valenciana le resta importancia al aplazamiento de su boda, que estaba inicialmente prevista para el verano y quedó cancelada al conocer, precisamente, que esperaban otro hijo. «La familia Adrover Montero somos así. Siempre improvisando. Ya le he dicho a Álex que se lo curre y me lo vuelva a pedir el año que viene. Pero él dice que ahora me toca a mí. Así que tendré que ir preparando una pedida de mano».
Patricia ha sido colaboradora de alto riesgo de Pablo Motos en 'El Hormiguero' y disciplinada aspirante en 'MasterChef Celebrity', donde dejó deslumbrado al correoso Jordi Cruz. La disciplina le viene de lejos. Las tablas, también. Es titulada en danza clásica, ha practicado la danza acrobática y lleva desde los seis años frente a una cámara. Primero en el mundo de la publicidad (fue la niña Nancy) y después, en el de las teleseries. Tenía solo 12 años cuando debutó junto a Imanol Arias en 'Severo Ochoa. La conquista de un Nobel'.
Solar y risueña, Patricia afronta su embarazo como una aventura más. Esta vez solo ha engordado ocho kilos y medio, frente a los 18 que aumentó durante la gestación de su primera hija. «Estoy controlando mucho los antojos, sobre todo el chocolate», admite. La niña ya tiene nombre. Se llamará Layla, como la canción de Eric Clapton. «Me gusta mucho, pero es que además ocurrió algo mágico... Un fin de semana que nos escapamos los dos solos sin rumbo fijo, acabamos en un hotel de Córdoba. Pedimos una habitación y la que nos dieron se llamaba Layla. Para mí fue una señal definitiva».
A sus tres añitos, Lis ya empieza a intuir lo que se le viene encima. «Me toca la tripa, siente cómo se mueve su hermana y exclama: '¡Llora, llora!'. Tiene una imaginación... Además, se pasa el día dando de comer a sus muñecos y cambiándoles de pañal, creo que va a resultar de una gran ayuda».
Fiel a su ímpetu deportivo, Montero ha decidido seguir con sus rutinas a pesar de su avanzado embarazo. «En el anterior paré. Era primeriza e hice caso a los consejos de los amigos. En el último mes tuve una ciática. Esta vez he decidido escuchar al cuerpo». Y el cuerpo de Patricia pide caña... «Solo estoy pendiente de que no se me disparen las pulsaciones. Eso podría afectar al bebé. Por lo demás, si yo me encuentro bien pasándome la pierna por la cabeza o poniéndome boca abajo lo voy a seguir haciendo, aunque esté de nueve meses», apunta.
Álex Adrover, según su compañera, está encantado con tener otra hija. «Es muy básico él, muy cómodo -bromea Patricia-. Dice que lo de ser padre de una niña es más fácil porque ya se lo sabe». Lis además lleva una temporada especialmente encandilada con su papá. «Es muy bonito. Se ha unido mucho a él. El otro día fui a dormirla y me soltó: 'No. Primero que me cuente el cuento papá'».
La actriz confiesa que le habría gustado trabajar durante todos estos meses, pero reconoce que «es complicado que estando embarazada te contraten para algo de ficción, porque tu cuerpo está en continuo cambio y no resulta fácil mantener el racord. Este trabajo es así -razona resignada-. Llevo en él desde los seis años y lo conozco bien. Hay que saber aguantar, porque está lleno de altibajos».
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