Isabel Preysler desvela el motivo por el que vino a España

Isabel Preysler es uno de los rostros más conocidos de la prensa rosa en nuestro país. Saltó a la fama a principios de los años 70 por su matrimonio con el cantante Julio Iglesias y, desde entonces, los diferentes vuelcos de su vida sentimental y personal han acaparado portadas y focos. Isabel nació en el seno de una familia acomodada de Manila, Filipinas en 1950. Muy jovencita se vino para España en un principio obligada por sus padres. «Vine con 18 años sin ganas porque yo tenía un noviete filipino que a mis padres no les gustaba absolutamente nada. Había un cura que venía a casa todas las semanas y mi madre le hizo hablar conmigo porque mis padres habían decidido mandarme a Madrid. Me dijo 'si dentro de dos años sigues enamorada y te quieres casar con él, yo lo haré, pero primero vete a España'. Y así hice, me vine a España», ha señalado en alguna ocasión.

Una vez instalada en casa de sus tíos en la capital española, Isabel comenzó a frecuentar diferentes fiestas de la alta sociedad de la ciudad. En una de ellas conoció a Julio Iglesias: «Todo estaba planeado, de camino con unas amigas nos cruzamos con Julio que iba en un descapotable, un Mercedes que recuerdo perfectamente, y en un momento me vi sentada en ese coche con él. En la fiesta estuvo todo el tiempo conmigo y empezamos a salir».

Abandonó sus estudios de Secretariado Internacional y ambos se casaron en 1971. Eran la pareja de moda de la época y juntos tuvieron tres hijos: María Isabel (más conocida como Chábeli, nacida el 1 de agosto de 1971), Julio José (nacido el 25 de febrero de 1973) y Enrique Miguel (nacido el 8 de mayo de 1975). La pareja hizo oficial su divorcio en 1978, pero continuaron manteniendo una gran relación por sus hijos en común.

Dos años más tarde llegó el matrimonio con el aristócrata Carlos Falcó, con quien tuvo a su hija Tamara. En 1985 el matrimonio llega a su fin. Pasan tres años y la filipina vuelve a casarse de nuevo. Esta vez con Miguel Boyer, ministro del gobierno socialista de la época. Fruto de ese tercer matrimonio nace Ana Boyer, su última hija.

En 2015 inició una relación sentimental con el escritor peruano Mario Vargas Llosa, pero esta terminó en Navidades de 2022.

En el documental navideño que la socialité ha estrenado recientemente en Disney+ ha hablado claro sobre cómo lleva el paso de los años. «Es un horror envejecer, pierdes facultades, pierdes agilidad no solo física, también mental. Lo que no me importa es morir, porque eso lo comprendo, pero envejecer es una lata. Después tienes que depender de gente y eso es terrible, y la enfermedad… Todo eso viene con la vejez. Mi maquilladora Lola me ha recordado que yo le decía que me quería morir a los 70 años, que habría vivido mucho con una vida buena de la que no me puedo quejar. He sido privilegiada. He vivido mucho, no puedo decir que he pasado sin pena ni gloria, he disfrutado y no me importaría morirme a los 70. Ahora me río porque los he pasado, ahora envejecemos más tarde».

Además, Isabel trata de cuidarse lo máximo posible. A sus 72 años hace ejercicio todos los días junto a Blas, su entrenador personal: «No es que me divierta hacerlo, si no vinisiese él no lo haría. Cuando estoy de vacaciones me dice que baje y que haga elíptica o bici, pero yo no lo hago nunca, solo cuando él está. Soy muy vaga para hacer gimnasia».

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