Kiko Rivera confiesa a Jordi Wild su relación con las drogas y cuánta cocaína llegó a consumir: «Y aún así seguía tomando...»

Kiko Rivera acudió al programa de Jordi Wild, donde contó cómo ha sido su vida, desde su relación con su familia y cómo dejó de hablarse con su madre Isabel Pantoja y su hermana a cuánto dinero llegó a ganar y gastar. Kiko explicó que sufrió bullying de pequeño y desveló algunos secretos de su trabajo en el mundo de la música, en el que está volcado en la actualidad. Durante más de 3 horas de entrevista enseñó su cara más divertida, pero cuando empezó a hablar de su relación con las drogas, Kiko mostró su lado más serio para lanzar un mensaje a los jóvenes que tengan tentaciones.

El hijo de Isabel Pantoja y Paquirri llegó a desvelar que ha consumido hasta 10 gramos de cocaína en una sola noche, que la primera vez que se arruinó tenía 8 millones de euros y los perdió por culpa de las drogas y profundizó sobre qué le llevó a ellas y cómo ha conseguido salir. Además, recordó los peores momentos, cuando las drogas le llevaron a no querer besar a su hija. «¿Puede haber algo más triste que una mierda de sustancia me quite el cariño a mi hija?», llegó a decir, detallando todo lo que ha llegado a sentir.

«Yo creo que una de las cosas que tú estás más orgulloso ha sido dejar las drogas totalmente», recordaba al hablar del tema Jordi Wild, uno de los youtubers y podcasters más importantes y seguidos de España. «Has dicho algo que me ha chocado, porque consumir 10 gramos en una noche es una barbaridad, es muy físicamente mucho», le recordaba Jordi, a lo que Kiko Rivera aclaraba que «no fue solo, fue con un colega», aunque admitía que su relación con la droga llegó a ser tortuosa. Y ahí empezó el relato sobre su experiencia más dramática, que le provocó un ictus y un infarto y deterioró sus relaciones familiares.

«Cada caso es diferente, pero yo sentí que perdía lo que más quiero en mi vida, que es mi familia. Sentía que me quedaba solo y quedarme solo ya sé lo que es y ya sea lo que voy, y no podía permitir eso, no podía permitir eso... Y mira que que eso lo he visto venir muchas veces, pero a veces te confías y dices 'no, esto no va a pasar esto a mí, no me va a pasar, yo controlo y tal'. Es mentira», reconocía Kiko.

Uno de los momentos más emotivos de la entrevista, que ha sido vista por casi 2,5 millones de personas en youtube y escuchada por decenas de miles en diferentes plataformas, es cuando recuerda cómo su drogadicción afectó directamente a su relación con su hija. «¡Hostia! Cuando tú le ve las orejas al lobo de verdad. Y tú estás solo. Y tú te ves que te quedas solo, y tú dices »como me quede solo cualquier día de estos me quedo aquí muerto, en un cuarto«. Dices tú »Basta ya«. Y tú le ves la cara a tu niña, y tú te levantas por la mañana, hasta aquí arriba, que tú no tienes ganas de ver a tu niña, que venga tu niña a darte un beso y tú no se lo des. Eso no puede ser, eso no puede ser. Sentir rechazo a tu hija como lo sentí yo.. ¿Puede haber algo más triste que una mierda de sustancia me quite el cariño a mi hija? ¡Pero esto qué es lo que es! Y aún así justo después de eso incluso seguí tomando, fíjate tú hasta qué punto llega eso...

«Yo a los jóvenes que están viendo esto aunque piensen de que yo no puedo ser un ejemplo de nada, mi consejo (y es algo que yo no hice) es pedir ayuda, tío, a un psicólogo, psiquiatra o amigos, familiares... Hablar de ello. No eres peor persona por drogarte. Al fin y al cabo no estás matando a nadie, te estás matando a ti... Cuéntalo, tío, no vivas solo, tío. Cuando tengas un problema cuéntalo, no te quedes los problemas dentro, tío. Busca a alguien, un hombro donde llorar donde contar los problemas que tengas, porque como te los quedes dentro como me pasaba a mí, al final te escudas en cosas que pueden dañarte a ti y dañar a los tuyos, mamá, papá, hermano, hermana, mujer, marido... Como la droga entre en tu casa, como la droga entre en tu casa por derecho, arrasa y arrasa de que te da igual hijo, te da igual hija, te da igual... Arrasa. No estás solo tío. No estás solo macho. Muy poca gente está sola. No estás solo. Siempre hay alguien que te va a escuchar, intenta buscar ayuda tío«.

Kiko también ha vinculado la entrada en el mundo de las drogas con las compañías y el estilo de vida de las personas. «Dime con quién andas y te diré quién eres. Si es que eso es más verdadero que el coco bendito. Yo no le estoy echando la culpa a la gente, el primer culpable es uno mismo. POruqe uno debe ser el que diga: »yo no... o yo sí«. Pero te digo yo que influye... Si tú tienes un grupito de amigos desde los 12 años que son todos deportistas, que no beben alcohol, que no beben cerveza, que no fuman tabaco, lo más normal es que tú no fumes ni bebas... Ahora, como te juntes con uno que por aquí... Al final hay muchos números, estás comprando las papeletas, están sorteando que te dé un jamacuco y tú estás comprando todas las papeletas....»

Rivera cree que la ayuda no tiene por qué ser profesional. «No tiene por qué ser ayuda médica, que sí, que son muy buenas y hay que ir al psicólogo y todo eso, perfecto. Pero hay diferentes tipos de ayudas. Para mí lo más importante ha sido mi mujer y mis amigos, lo más... Luego están los psicólogos y todo lo que tú quieras pero mi mujer y mis amigos».

Kiko Rivera ha explicado cómo pudo salir de las drogas, con mucha ayuda y esfuerzo. «No fue de forma radical, bueno intenté que fuese de forma radical, pero no fue de forma radical. Digamos que el desenlace final de dejar de tomar ya es por las cosas que me han dado, el ictus y el infarto. Que ya el médico me cogió y me dijo: Esto no puede ser. Que aparte de esto, que tú sepas que como tú hagas esto que tú tienes el corazón... Se está sorteando un infarto en la tómbola y tú estás comprando todas las papeletas.. Pero ¿Un cigarrito? No. ¿Una copita? Para...».

En la entrevista Kiko Rivera también detalla la facilidad con la que ha ganado dinero en la vida (hasta 100.000 por semana haciendo 'bolos', con un caché que llegó a ser de 60.000 euros por hacerse fotos en discotecas en una noche) y reconoce «lo primero que hace falta para drogarse es dinero. O dinero o que te invite uno. Pero ese tendrá dinero. Y hay que tomarse estas cosas en serio. Aunque nosotros bromeemos, a veces a lo mejor me paso de bromista con este tipo de cosas, pero es mi manera como de quitarle la importancia que tiene claro y reírme, pero es una cosa muy importante, y que yo no quiero ser ejemplo de nada pero yo lo he vivido desde muy adentro, he estado muy jodido, y no me quiero volver a ver así. Y sobre todo que mis hijas, mis hijos, no se lo merecen», finaliza.

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