Un yerno de la viuda de Sala, arrestado por el crimen tras disputas por la herencia

Sesenta días después de que dos balas a quemarropa, una en la nuca y otra en el costado, acabaran con la vida de María del Carmen Martínez, el círculo se ha acabado cerrando en torno a Miguel López, el yerno de la viuda del expresidente de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM). «Hay que ser cautelosos, el juzgado determinará todo», advirtió ayer el delegado del Gobierno en la Comunitat, Juan Carlos Moragues. Pero lo cierto es que todos los focos de los investigadores de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Policía Nacional apuntaban a López, casado con Eva Fuensanta, la menor de los cuatro hijos del banquero Vicente Sala. El crimen se cometió en Novocar, el concesionario y lavadero de coche regentado por el desde ayer arrestado. Él fue la última persona en ver con vida a María del Carmen, el encargado de entregarle la llave del Porsche Cayenne que la viuda iba a recoger tras su cita de mantenimiento. Y el yerno poseía una destacada afición por las armas, con licencia para tenerlas y practicaba el tiro olímpico. Esos conocimientos son los que supuestamente empleó en el 'trucaje' de las dos soprendentes balas que la policía halló en la escena del crimen: dos proyectiles de 9 milímetros dentro de un casquillo del calibre 38.

Miguel López no pudo ni salir ayer del 'búnker' familiar en el que reside todo el clan Sala Martínez, una parcela amurallada a las afueras de Alicante con decenas de hectáreas de terreno y varias mansiones en las que residían todos los miembros de un emporio basado en los negocios químicos, inmobiliarios y automovilísticos capaz de facturar hasta 200 millones al año. Pasaban pocos minutos de las ocho de la mañana cuando un fuerte dispositivo policial cortó todos los accesos a la finca de la avenida Dénia e irrumpió en el hogar de Miguel y Eva con una orden judicial de arresto. Cinco horas permanecieron los agentes en el interior del domicilio. De ahí, la comitiva se trasladó al concesionario en el que María del Carmen fue tiroteada el 6 de diciembre. Allí la inspección apenas se prolongó 10 minutos.

Fuentes de la investigación señalaron que los investigadores intervinieron armas de tiro olímpico y ordenadores para dilucidar su relación con el crimen, del que el detenido sería el presunto autor material. Un homicidio que, como también se apuntó desde las primeras jornadas posteriores al hallazgo del cadáver por un trabajador del lavadero de coches (el único escenario sin cámaras de la empresa, otro detalle de la planificación de la muerte), parece tener un móvil económico.

Dividendo de 300.000 euros

Según la agencia Efe, las investigaciones subrayan que una semana después del crimen, la viuda de Sala tenía concertada una cita con un notario para comunicar su decisión de ceder todo el poder patrimonial a su único hijo varón, Vicente Junior, lo que suponía que sus otras tres hijas -María del Mar, María Antonia y Eva-perderían el control de las empresas familiares.

La intención de María del Carmen y Vicente Sala 'junior' sería, según las investigaciones, eliminar los dividendos de hasta 300.000 euros anuales que recibían los hijos del expresidente de la CAM y fijar un sueldo 'por rendimiento', no mucho más (ni nada menos...) que 3.000 euros mensuales. Ello, unido a la posibilidad de que la viuda de Sala pretendía supuestamente dejar en manos de su hijo la 'acción de oro' del negocio familiar, el voto para vetar cualquier decisión, pudo ser el detonante del crimen con Miguel López como principal sospechoso.

La relación del matrimonio Sala-Martínez con sus tres hijas estaba deteriorado hace muchos años, antes incluso de la muerte del banquero de cáncer en 2011. El cabeza de familia nunca vio con buenos ojos a sus yernos y dudaba de su implicación en los negocios. «Os doy 10 millones, os montáis una farmacia y dejáis a vuestros maridos», es la frase que en alguna ocasión espetó Vicente Sala a sus hijas para tratar de disolver los matrimonios. Una familia rota a la que el dinero ha arrastrado finalmente a la tragedia.