Una vista aérea de la zona de Port Saplaya de Alboraya. LP
La denuncia de vecinos de Port Saplaya y la actuación de la Policía Local frenan una ocupación ilegal
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Los residentes de un grupo de chalés detectaron la intrusión de personas ajenas y los agentes mediaron con los «inquilinos» que decidieron abandonar
ada dasí
Alboraya
Lunes, 20 de julio 2020
La rápida reacción de los vecinos de un grupo de chalés de Port Saplaya, concretamente de la calle Alquería del gat, logró desarticular una ocupación ilegal en una de las viviendas que está embargada por un fondo de inversión. «Lejos de lo que pueda pensar la gente, aquí nos conocemos todos, la mayoría vivimos todo el año», comentan desde la asociación de vecinal.
Esta característica propia de este barrio pegado a la dársena hizo que al oír ruidos y trasiego de personas ajenas a la urbanización en una de las casas adosadas, uno de los residentes, que vive puerta con puerta, alertara a la comunidad. «Sabíamos que no era posible que la hubieran alquilado porque había sido embargada y después vendida a un fondo de inversión», señalan.
Fue entonces cuando llamaron a la Policía Local. «Estaban instalándose así que nos dimos prisa para evitarlo y menos mal que lo hicimos», explican desde la comunidad de vecinos. Los agentes acudieron en seguida y comenzó una negociación para tratar de que la pareja, un hombre y una mujer, que había entrado en la casa desistiera.
La asociación vecinal reclama más vigilancia y que se patrulle a pie por la zona para evitar estas situaciones
Los okupas utilizaron la misma estrategia que en otros casos recientes, como el chalé de Torrent, alegando que la habían alquilado por 2.000 euros «a un rumano» aunque, de igual modo, en ningún momento mostraron el documento.
Advertencias
Ante esta situación, los policías les advirtieron de que al encontrarse ocupando un inmueble sin autorización y en contra de la voluntad de su titular podrían incurrir en un posible delito penal, «por lo que se daría cuenta de los hechos a la autoridad judicial». Las advertencias hicieron el efecto esperado y la pareja decidió abandonar la vivienda.
La rapidez al denunciar la patada en la puerta y la actuación de los agentes hizo que la situación no se complicara más y los vecinos ya puedan respirar tranquilos. De no ser así, hubiera hecho falta una denuncia del propietario de la casa para poder echar judicialmente a los okupas y el procedimiento se hubiera alargado en el tiempo, quizás durante todo el verano en el que los «inquilinos ilegales» habrían pasado disfrutando de la vivienda en esta zona de Alboraya, junto al puerto.
Esta ocupación frustrada también ha hecho que los residentes de Port Saplaya se sientan más vulnerables y reclamen una mayor presencia por parte de la Policía Local, aunque agradecen la actuación realizada que resolvió el problema en menos de 24 horas.
Patrullas a pie
No obstante, desde la asociación vecinal advierten de que «hace ya tiempo que se está alertando de que están intentando entrar en las casas aprovechando cuando la gente se va a la playa». Según señalan, la dársena es peatonal y aunque es un espacio cedido a una concesionaria, forma parte de la urbanización y, por tanto, del municipio.
«La policía solo llega hasta el paseo marítimo con los vehículos de la patrulla, pero aquí no entran porque es una zona peatonal«, explican, »deberían pasar a pie o incluso pueden hacerlo en bicicleta«. »Estos especialistas en la ocupación lo habían detectado y es algo que nos parece muy preocupante«, añaden, »ya sabemos que se trata de un problema generalizado pero una mayor vigilancia podría evitar casos como este o como el que tuvimos hace poco de una fiesta de jóvenes en la dársena«.
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