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El exalcalde socialista, Rubén Rodríguez. LP
 

El exalcalde socialista de Bonrepòs emprende acciones legales contra la alcaldesa y los ediles de su partido

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Rubén Rodríguez dimitió de su cargo después de que se abriera un expediente por un presunto acoso laboral a una empleada

a. d.

Bonrepòs

Jueves, 26 de noviembre 2020, 11:36

El ex alcalde de Bonrepòs i Mirambell, Rubén Rodríguez, ha presentado ante el Juzgado de Paz de la localidad un acto de conciliación, previo a una querella o demanda, contra la actual alcaldesa, Raquel Ramiro, y los tres ediles de su partido "para defender mi honor y dignidad ante las injurias y calumnias vertidas hacia mi persona y todo el dolor sufrido”. Esta acción llega después de cuatro meses desde que dimitiera por una denuncia en la comisión de Igual por un presunto acoso laboral a una empleada.

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El exmandatario afirma en una carta que “ya han pasado más de cuatro meses y ya estoy en condiciones de querer y de empezar a expresarme. Lo quiero y lo deseo. Como sabéis todas y todos hace unos meses, cuatro exactamente, tuve que tomar la cruel decisión, obligado e 'invitado' a dimitir del mayor orgullo que me ha dado la política municipal y con votación democrática, ser alcalde de Bonrepòs i Mirambell”.

La contestación de sus excompañeros no se ha hecho esperar y desde el PSPV local han expresado que "no es verdad de ninguna de las maneras que fuera obligado a dimitir, miente y lo sabe. A un concejal o alcalde nadie le puede obligar, sólo un juez en sentencia firme puede inhabilitarle y obligarle a dejar el cargo".

Según explican, Rodríguez, "compareció voluntariamente y dimitió ante el secretario del ayuntamiento, así que de ningún modo puede decir que se le coaccionó u obligó a hacerlo" y añaden que "se confunde y se mezcla la responsabilidad política con la responsabilidad penal". En esta línea, se justifican señalando que "tras la denuncia de una empleada del ayuntamiento interpuesta contra él ante la mesa de Igualdad, no podíamos permanecer impasibles".

"No entramos a juzgar si hay responsabilidad penal o no en sus actos, eso corresponderá determinarlo a las autoridades. A nosotros nos corresponde la valoración política, y es que un alcalde socialista debe de tener una conducta impecable e irreprochable, lo cual no ha sido el caso", añaden.

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Por último aclaran que "se le plantearon dos opciones: podía renunciar o seguir como alcalde, pero en este último caso tendría que hacerlo en solitario, puesto que desde el partido socialista no se iba a respaldar a nadie ante una denuncia de estas características. Su decisión fue dimitir".

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