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ada dasí
Moncada
Martes, 26 de enero 2021, 01:19
La iglesia de San Jaime y San Miguel de Moncada ha iniciado un proceso para sacar a la luz sus elementos patrimoniales más valiosos y poner en valor el edificio del que algunos de sus elementos datan del gótico. Además, el proyecto de obras pretende recuperar el conjunto arquitectónico del templo de San Jaime, dejando a la vista la capilla de la Comunión, que actualmente está encerrada por los locales parroquiales, posibilitando así que el campanario pueda verse con todo su esplendor saliendo desde la base.
Por tanto, se trata también de unas obras que «pondrán en valor uno de los grandes patrimonios históricos y culturales de Moncada», como señala el párroco, Javier Grande. La puesta en marcha de la primera fase del proyecto, correspondiente a la restauración del antiguo cuarto de andas, cuenta con un presupuesto de más de 65.000 euros, de fondos recogidos a través de donaciones que se siguen realizando para el resto de actuaciones.
En esta rehabilitación se ha recuperado un muro original del siglo XV, que formaba parte de ermita destinada a Sant Jaume, procedente del antiguo templo gótico, y otro del siglo XVIII que se han mantenido y restaurado a cargo del estudio de arquitectura LE Design. En este habitáculo se han eliminado los elementos que no tenían nada que ver con la edificación original y se ha sustituido la cubierta.
La estructura se mantendrá y se protegerá con un zócalo de madera con una iluminación indirecta. En la pared más reciente se puede observar todavía las marcas de una puerta que daría a un cementerio. Este espacio servirá como capilla permanente para luego reconvertirse en un lugar de paso, con una puerta corredera y un parabán con listones de madera que separarán el acceso.
El arqueólogo, Tomás Hurtado, apunta que «se han dejado a la vista estos muros y se ha eliminado todo lo que no era original». También destaca que en la pared del siglo XV «se aprecia incluso la técnica tapial que se utilizaba para la construcción».
El siguiente paso será habilitar el campanario de San Miguel como viviendas sacerdotales y construir un ascensor de acceso, que mejorará el acceso de los fieles ya que actualmente deben subir una escalinata. Tras ello, se procederá a derribar los locales parroquiales de la calle Mayor, que se encuentran muy deteriorados y cubren casi en su totalidad la fachada del templo y, sobre todo la capilla de la comunión, la edificiación más antigua. La última fase será la construcción de nuevo locales separados de la iglesia, con espacios ajardinados.
El párroco, Javier Grande explica que el tiempo que llevará todo este proceso «depende de los permisos y de saber lo que se puede o no eliminar». La actuación está supervisada tanto por el Arzobispado como por la Conselleria de Patrimonio ya que está considerado como Bien de Relevancia Local.
La financiación de las primeras actuaciones se ha conseguido a través de la aportación de los fieles mediante colectas extraordinarias que se realizan el cuarto fin de semana de cada mes, y al cada vez mayor número de suscriptores a la web donoamiiglesia.es.
En este sentido, «el objetivo es incrementar esta modalidad de suscripción para asegurar unos ingresos estables con los que afrontar no sólo los gastos ordinarios de la parroquia, sino también la financiación necesaria para el conjunto del proyecto de las obras parroquiales», señalan desde la iglesia.
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