L'Horta se opone a ampliar la V-31 por aumentar el tráfico en los municipios

Los empresarios de los parques comerciales afectados por la ampliación de la V-31, Pista de Silla, convocaron ayer una reunión con los alcaldes y agentes empresariales para explicar el proyecto y sus consecuencia a nivel económico y de movilidad, ante la inminente exposición pública de la actuación por parte del Ministerio de Fomento, que posiblemente salga antes del verano.

La actuación «mejora la salida de Valencia pero a costa de bloquear los accesos a los municipios», señaló el representante de la Inmobiliaria Guadalmedina, Francisco Hidalgo, promotora de este encuentro, que calificó el proyecto de «muy perjudicial tanto a nivel comercial como para las localidades». «Esto se sumará a los efectos negativos de la pandemia y si se dificulta el acceso a los clientes se lo pensarán dos veces antes de venir aquí», explicó.

Durante la reunión informativa se puso sobre la mesa el esbozo de un estudio económico y de movilidad de iniciativa privada que se está realizando y que determina los problemas de tráfico que ocasionará a los núcleos poblaciones y el aislamiento de las zonas comerciales y polígonos industriales.

Los alcaldes de Beniparrell, Albal, Catarroja, Massanassa, Alfafar y Sedaví estuvieron presentes en este encuentro como afectados, aunque la ampliación también tendrá su impacto en el término de Valencia, como en Horno de Alcedo o los concesionarios ubicados a la entrada de la capital por la V-31. Los representantes municipales mostraron su apoyo al empresariado y se sumaron a la propuesta de crear un grupo de trabajo conjunto de cara a la presentación de alegaciones al proyecto.

Las críticas se centran en la modificación de las vías de servicio que se convertirán en dos carriles adicionales laterales de tipo colector-distribuidor y que conectarán con los centrales a través de unos «transfers». De este modo, el tráfico que quiera entrar a los parques comerciales, según el estudio, tendrá que atravesar los núcleos poblacionales, en especial los de Sedaví y Alfafar, incrementando la afluencia y la contaminación. Mientras que muchas empresas y áreas comerciales quedarán junto a los corredores y sin aparcamientos.

Al margen de los intereses privados, los alcaldes temen que el impacto de este aislamiento se traduzca en una fuga de negocios que implique la destrucción de puestos de trabajo. «Muchos de nuestro vecinos trabajan en estas zonas comerciales», advirtió el primer edil de Massanassa, Paco Comes. José Francisco Cabanes, alcalde de Sedaví, también señaló las consecuencias económicas que tendrá la ampliación tal y como está proyectada, «con destrucción de empleo» y «con un mayor tráfico por dentro de nuestro casco urbano».

Según señalan los alcaldes, el proyecto va en contra de sus planes municipales de movilidad sostenible que buscan nuevas alternativas de conexión con carriles bici y peatonales de sus cascos urbanos, zonas comerciales y el Parque Natural de la Albufera, ubicado al otro lado de la Pista de Silla. De hecho, cinco de los municipios han creado un grupo de trabajo para desarrollar una conexión de manera conjunta.

A todos estos inconvenientes, el primer edil de Alfafar, Juan Ramón Adsuara apuntó la necesidad de solucionar primero los problemas de inundación que causa la escasa capacidad del colector oeste, ya que discurre paralelo a la autovía, con su conexión con los tanques de tormenta.

Los máximos representantes municipales y los empresariales reclaman una revisión tanto desde el punto de vista comercial, que valore la existencia del entramado industrial de la zona, como desde el punto de vista de movilidad sostenible, con opciones y alternativas que permitan una conexión sostenible.