Los municipios de l'Horta se movilizan y declaran la guerra a las cotorras argentinas

La presencia de cotorras argentinas ha ido en aumento en los últimos años en la comarca de l'Horta, sobe todo durante el confinamiento, y empieza a ser un problema por el ruido y los perjuicios que causa su presencia especialmente en zonas de arbolado. Las administraciones locales están obligadas a actuar para controlar su población ya que se trata de una especie catalogada como exótica y considerada como invasora.

Los problemas de ruido y suciedad son evidentes en aquellos espacios que colonizan, además de que están desplazando a la fauna autóctona de pájaros como pardillos, gorriones o golondrinas de los parques y jardines públicos. También son transmisoras de enfermedades como la gripe A.

Otra de las cuestiones que preocupa es el peso de sus nidos que suele ser entre los 50 y 100 kilos, una cantidad difícil de soportar para las ramas de un árbol que no sea adulto. El año pasado en Foios, la empresa encargada de la jardinería tuvo que eliminar una docena de ellos ubicados en diferentes ejemplares de la Albereda.

No obstante, esta no sería la solución definitiva ya que solo las obliga a trasladarse de sitio, sino que deberían de implementarse medidas de control de la población al carecer de depredadores naturales. En este sentido, Burjassot ha aprobado realizar un estudio de las colonias que actualmente existen en el término municipal y elaborar un censo. Esto permitirá estudiar posibles actuaciones para reducir la presencia de esta especie y coordinarlas con las localidades vecinas que sufren el mismo problema, como pueden ser Godella y Rocafort.

En Albal la presencia de estas aves es especialmente prolífica en la explanada de Santa Anna y el polideportivo, donde las cotorras argentinas anidan en los pinos y provocan un gran escándalo.