Puig presiona a Oltra para suspender al alcalde de Catarroja y esta evita pedir su dimisión

El presidente y la vicepresidenta de la Generalitat, Ximo Puig y Mónica Oltra se han enzarzado en una batalla dialéctica sobre los alcaldes que han incumplido la normativa sanitaria vigente, tras casos como los de Catarroja, Jesús Monzó (Compromís), que pidió disculpas por dejar entrar a dos amigos a su casa, o el de Alcoy, Toni Francés (PSPV), que se saltó el cierre perimetral del fin de semana para ir a una segunda residencia.

Puig aseguró que su formación "tomará todas las medidas que correspondan" y dejó la pelota sobre el tejado de Oltra al añadir que "me gustaría que fuera en el conjunto de partidos políticos, que adoptaran las mismas medidas y los que determinen las circunstancias éticas en las que se mueven".

Por su parte, Oltra coincidió con el presidente en que "todos los cargos públicos deben cumplir las medidas sean del partido que sean", aunque sobre una posible dimisión señaló que es algo que se tendrá que dirimir cuando corresponda, remarcando que los dos alcaldes han pedido perdón y que "son los ciudadanos los que en todo caso deberán enjuiciar esto en su momento".

En Alcoy, la abstención de los dos concejales de Podem impidió ayer la reprobación del pleno al alcalde, Toni Francés, a propuesta del PP por haberse trasladado a una segunda residencia y saltarse el cierre perimetral. El resto de la oposición votó a favor.

El portavoz de los populares Quique Ruiz, dijo que si la disculpa que dio era sincera, "lo lógico es que se apruebe esta reprobación". Podem justificaba su abstención al entender que "es evidente que este comportamiento no es ni estético ni ético", pero también reprochó al PP tratar de querer "sacar rédito político".

Por su parte, Compromís y Cs agradecieron sus disculpas pero le acusaron de "falta de empatía" y "gesto poco afortunado". Guanyar y Vox subrayaban sus contradicciones que le quitan legitimidad y desconfianza ante los ciudadanos.

Sí recibía el respaldo de su grupo, el PSPV, cuyo portavoz, Jordi Martínez, incidía en que "esta reprobación es un acto de carroñerismo político". Lo cierto es que el alcalde reconoció en el pleno que usó el coche oficial para ir de Penáguila a Alcoy el domingo ya que "el desplazamiento fue única y exclusivamente para poder asistir a un acto institucional".

En Catarroja, ayer se celebró una junta de portavoces para que el primer edil, Jesús Monzó (Compromís) diera explicaciones. Aunque desde el ejecutivo señalaron que todo transcurrió con normalidad, desde Guanyar-EUsolicitaron el parte policial para "conocer en profundidad lo ocurrido, puesto que la versión pública nos provoca un profundo bochorno".

Su portavoz, Daniel Portillo, explicó que el primer edil indicó que incumplió "porque desconocía la norma", aunque fuentes municipales apuntaron que es "rotundamente falso". "Tanto si es cierto como si no, pone claramente de manifiesto su poca idoneidad para el desarrollo del cargo que ocupa", añadió Portillo, que esperaba su dimisión.

La vicealcaldesa socialista, Lorena Silvent, socia en el gobierno, apuntó que Monzó "comentó que en el momento que llamaron a la puerta de su casa no pensó en la norma" y añadió que su postura "está consensuada con el partido". "Hemos aceptado las disculpas y el pacto de progreso sigue en pie", señaló.

Por su parte, el alcalde de Rafelbunyol, Fran López (PSPV), el primero en vacunarse de manera irregular, vuelve a estar en el ojo del huracán tras reconocer en el último pleno haber estado en un bar que tuvo que cerrar la policía por incumplimiento de las normas, el día 24 de diciembre.

López afirmó que "fui a felicitar el cumpleaños a uno de mis mejores amigos y salí" y añadió que "en ningún momento de la actuación se dice que el alcalde estuvo presente". El PSPV todavía tiene pendiente poner fecha al pleno solicitado por la oposición para pedir su dimisión por vacunarse.