Residencias de mayores que esquivan el coronavirus en l'Horta

La residencias de personas mayores de tres municipios de l'Horta, Albal, Massanassa y Rafelbunyol, han esquivado el envite del Covid-19 y mantienen a sus usuarios libres del virus. «La residencia municipal de mayores Antonio y Julio Muñoz Genovés de Albal ha sido siempre un espacio abierto a todos y todas, donde se respira un ambiente muy familiar», así la define su directora, Emilia Fabregat.

El centro se anticipó a las graves consecuencias de una pandemia que se ha cebado especialmente con las personas de avanzada edad, con medidas de contención y prevención que han dado resultado. Por ello, su directora hace un balance muy positivo y agradece el apoyo que ha recibido, de «todas las administraciones, en especial de la local y de los cuerpos de seguridad, del personal trabajador, de los familiares y a través de innumerables muestras de solidaridad que nos llegan desde el exterior de vecinos y empresas locales que nos hacen llegar material de protección. Está siendo muy emotivo y gratificante».

El centro ha recibido, por parte del Ayuntamiento que preside Ramón Marí, tecnología móvil para facilitar la comunicación entre los 48 residentes y sus familiares, que no han tenido contacto físico desde antes de que comenzara el estado de alarma ya que fue la primera residencia en restringir el acceso a las instalaciones. Una de las últimas conexiones la ha protagonizado el alcalde con una residente, Paquita 'La Sureta', que es una institución fuera y dentro del centro. La anciana tiene 91 años y en 2018 fue distinguida con el Premi Poble d'Albal, entre otros motivos, por haber sido la primera mujer concejala en el Consistorio.

«Por las noticias que nos llegaban observamos que el tema era muy serio y, el 11 de marzo, en coordinación con la concejala de Servicios Sociales, Lola Martínez, decidimos limitar la entrada, únicamente, al personal laboral». Así, se procedió al distanciamiento físico entre los mayores, para lo que fue necesario habilitar una nueva estancia y dividirlos en grupos y se dotó al centro de material de protección (EPIs). Entre otras acciones y, de manera muy temprana, se intensificó la limpieza, tanto dentro como fuera del edificio.

El Ayuntamiento también incrementó las jornadas laborales de los trabajadores y desde Conselleria de Sanidad se está velando por la salud de los internos, tanto desde el Centro de Salud de Albal como desde la Unidad de Hospitalización Domiciliaria de La Fe que, semanalmente, acude para realizar una inspección y, hasta la fecha, todo ha funcionado correctamente. «Nos sentimos muy arropados por el seguimiento, acompañamiento y el apoyo cercano de las administraciones públicas», añade Fabregat.

La residencia Verge del Miracle de Rafelbunyol es otro de los ejemplos de que es posible esquivar al Covid-19. Sus 90 usuarios y 50 trabajadores siguen libres del contagio, a pesar de que uno de los empleados dio positivo al inicio de la pandemia. La dirección puso en marcha el 6 de marzo un protocolo restrictivo con un equipo de gestión que se sigue a rajatabla.

Los proveedores solo acceden los estrictamente necesarios y con medidas de seguridad, primero se les toma la temperatura y después pasan por un proceso de desinfección. Los mayores se comunican con sus familiares a través de videollamadas para no perder el contacto y a diario se envían mensajes para comunicar el estado del usuario a las familias.

La residencia de Massanassa tampoco ha tenido positivos por coronavirus. El ayuntamiento se encarga todos los días de limpiar los accesos para seguir preservando la salud de los mayores y desinfecta una vez por semana.