ada dasí
Catarroja
Martes, 26 de octubre 2021, 20:49
Los agricultores de arrozales del marjal de Catarroja han iniciado las quemas de la paja del arroz tras la cosecha, que se está haciendo de forma escalonada y siguiendo las indicaciones de la Conselleria de Agricultura.
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Después de tres años sin emplear esta técnica, implica un respiro para los arroceros porque como señalan "se limpia toda la podredumbre que hay en los campos". Para los pescadores también es buena noticia, ya que se "evitará la mortandad de peces" de años anteriores, como denuncian, a causa de la pudrición de la paja.
El Ayuntamiento, tras tomar la decisión en el Consell Agrari local, solicitó el permiso habilitado con carácter extraordinario y únicamente por razones fitosanitarias para los cultivos del entorno de la Albufera desde el 1 de octubre hasta que acabe la campaña de la siega. Solo han quedado dos tancats cerca del barranco que, por su situación en zona forestal necesitan de una autorización específica que también se ha pedido.
Estos días atrás ya se ha notado el humo en la población aunque con menos intensidad que en pasadas décadas cuando la quema se realizaba sin control. Ahora, los agricultores disponen de una aplicación móvil en la que se indica cuando pueden proceder, con las condiciones meteorológicas adecuadas y de forma escalonada, aunque con el inconveniente de tener que detener el fuego si las variables cambian.
Este es el último año que se permite esta práctica en el Parque Natural, como apunta la concejala de Agricultura, Elisa Gimeno, que se ha sumado, otro año mas, al banco de paja para ofrecer la posibilidad a los agricultores que no quieren quemar de poder recoger este residuo. Gimeno explica que se ha previsto poner en marcha una iniciativa pionera sobre arquitectura bioclimática para mostrar sus ventajas a través de una caseta construida con balas de paja, itinerante por los barrios.
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