ada dasí
Tavernes Blanques
Jueves, 10 de junio 2021
Como si de la mítica película 'Pájaros' de Alfred Hitchcock se tratara, los vecinos de Tavernes Blanques están atemorizados ante una población de gaviotas que se ha adueñado del campanario de la iglesia. Las aves han protagonizado al menos un ataque a un ... hombre que pasaba por las inmediaciones y al que causó un rasguño leve, sin más consecuencias que un «tremendo susto».
Publicidad
Tras este suceso, el Ayuntamiento decidió tomar cartas en el asunto y, después de consultar con el Seprona, ha optado por emitir a ciertas horas el sonido de aves rapaces, sus depredadores naturales, a través del altavoz del bando más cercano al templo para tratar de que las gaviotas no salgan de sus escondrijos y vuelvan a registrarse ataques indiscriminados contra la población.
Al parecer, un nido en lo alto del campanario es el foco del problema y según las instrucciones que han dado las autoridades competentes no debe cerrase hasta que las crías lo abandonen. Mientras, lo máximo que se puede hacer es dejar que las gaviotas sigan con su día a día, aunque más atemorizadas por sus depredadores que los propios vecinos por su presencia.
Las grabaciones, que llevan sonando desde hace unos días, no han pasado desapercibidas para los vecinos y muchos se han sorprendido por el ruido, del que desconocían su origen y la causa. Los animales de compañía también se han visto perturbados por los sonidos de las supuestas aves rapaces.
Publicidad
La presencia de las gaviotas en el municipio no es de ahora, a pesar de estar a unos pocos kilómetros, y se las puede ver en el patio del instituto para buscar algo de comida que llevar a sus polluelos, incluso en las zonas de contenedores, según cuentan los vecinos.
La presencia de gaviotas en los núcleos urbanos de los municipios se extiende por toda la Comunitat. Ayer mismo, un alumno de un colegio de Dénia se quedó sin almuerzo porque una ave se llevó el bocadillo que minutos ante el estudiante había depositado en uno de los bancos que hay en el patio del centro escolar. El niño tenía clase de Educación Física y después, el recreo para almorzar por lo que sacó el bocadillo de la mochila y lo depositó en el banco del patio, sin percatarse de la existencia de las gaviotas que merodean por la zona. Así que, una vez acabada la clase de gimnasia, el alumno fue a recoger el almuerzo y había desaparecido porque según le contaron sus amigos y otros testigos, se lo habían llevado las gaviotas.
No obstante, esta situación no es nada extraña. Este periódico ha consultado a un especialista de aves de Acció Ecologista-Agró, Joan Sala, quien señala que hace más de una década que las gaviotas han expandido su zona de acción y se van acercando a las ciudades donde encuentran más comida para subsistir. Esto explica que se las suela ver junto a los contenedores como en el caso de Tavernes, aunque también suelen atacar a palomas y tórtolas.
Publicidad
Sala apunta que son aves muy territoriales y en época de cría, que coincide con estas fechas, se vuelven agresivas para proteger a los polluelos, por lo que pueden producirse ataques a personas sin ven peligrar su supervivencia. Además, actúan en colonias y se defienden unas a otras.
Tampoco es extraño que hayan elegido el campanario de la localidad para anidar «porque es un lugar elevado», desde donde pueden otear el horizonte, comenta el experto.
Los nidos de estas aves no tienen nada que ver con los de las cigüeñas, cuyo peso sí pone en peligro las edificaciones sobre las que se asientan. Los de las gaviotas son livianos, hechos principalmente con materia vegetal y restos que van encontrando.
Publicidad
En cada uno ponen un máximo de tres huevos que se incuban por un periodo de entre tres y cuatro semanas. Cuando nacen los polluelos tardan hasta un mes en ser independientes y alzar el vuelo, aunque antes suelen caminar por las inmediaciones, como señalan los vecinos de Tavernes que los han visto, por lo que ya faltará poco para que lo abandonen.
El experto consultado también advierte de que el método de utilizar el sonido de sus depredadores «no siempre es efectivo» porque «acaban por acostumbrarse y no lo ven como un peligro». «Lo mejor es utilizar fórmulas »para controlar la población, como retirar los huevos«, añade.
Publicidad
Desde hace siete u ocho años, una importante colonia de gaviotas ha conquistado el Castell de Dénia. Aunque los nidos se destruyen de un año para otro, las aves siempre vuelven al mismo sitio para poner sus huevos. El problema reside en su carácter agresivo y en los excrementos que ensucian el máximo atractivo turístico de la ciudad. Pero no solo están ahí, desde hace tiempo se han ido adentrando en el casco urbano anidando en algunas terrazas de fincas privadas, buscando espacios altos, y se suelen congregar también junto a la zona de contenedores del mercado para buscar restos de comida.
La presencia de estas aves en Valencia también se ha convertido en habitual y desde hace cosa de una década pueblan terrazas de la capital, buscando espacios elevados donde construir sus nidos y proteger a sus crías. Las colonias suelen sobrevolar zonas donde se acumulan restos de comida aunque también se aventuran a atacar a otras aves para alimentarse.
Empieza febrero de la mejor forma y suscríbete por menos de 5€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.