El Ayuntamiento de Alboraya y la Conselleria de Medio Ambiente coordinan acciones para mejorar la movilidad del municipio

El Ayuntamiento de Alboraya ha dado un paso más en la mejora de las conexiones del municipio con Valencia y entre sus distintos núcleos, tras la reunión mantenida entre el alcalde, Miguel Chavarría, y el conseller de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio, Vicente Martínez Mus. Durante el encuentro, también se planteó la posibilidad de recibir ayudas que alivien los pagos por el soterramiento del metro, una deuda que seguirá pesando sobre las arcas municipales durante los próximos 35 años.

Entre los temas tratados, se destacó la importancia de mejorar las infraestructuras de accesibilidad dentro de Alboraya, con especial foco en las conexiones desde La Patacona hasta Valencia. El alcalde, acompañado por la concejala de Urbanismo, Ana Bru, instó a que se vuelva a estudiar el uso de la conexión de la V-21 con La Patacona. Esta infraestructura, preparada tras la ampliación de la V-21, podría descongestionar el tráfico en el centro de La Patacona, redirigiéndolo hacia Valencia a través de Serrería, especialmente en días con eventos deportivos que colapsan la movilidad en la zona.

Por otro lado, el encuentro también sirvió para avanzar en la propuesta de una nueva pasarela ciclopeatonal que conectaría el pueblo con el anillo verde, salvando las vías del tren. Esta obra está incluida en el programa de sostenibilidad turística subvencionado por la Unión Europea, y el Ayuntamiento ha solicitado ya los informes necesarios para su ejecución.

En cuanto a la deuda por el soterramiento del metro, el consistorio trabaja en fórmulas para reducir el impacto financiero que supone. Actualmente, Alboraya está comprometida con un calendario de pagos a lo largo de 39 años, que cubre más de 29 millones de euros, una carga que el alcalde considera desproporcionada para el municipio, a pesar del beneficio que ha supuesto el soterramiento para la línea 3.

Finalmente, también se discutió la renovación de la concesión de la dársena del puerto de Port Saplaya, un espacio vital que conecta directamente con las viviendas y que el Ayuntamiento busca gestionar de manera más eficiente.

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