Belén, una vecina de Paiporta, renuncia a su prótesis a favor de los niños de Ucrania

Belén Soriano tiene una máxima, "no dejar de vivir ni de sonreír" a pesar de las circunstancias de la vida y lo cumple a rajatabla. Esta vecina de Paiporta de 46 años, sufrió la amputación de una pierna cuando tenía 30 años por complicaciones con su diabetes, y hace unos meses pasaba por el mismo trago con la única que le quedaba.

Sus amigos y familiares estaban organizado un concierto solidario para recaudar fondos con el fin de adquirir una prótesis que le facilitara poder volver a caminar, pero al enterarse de la iniciativa su decisión ha sido rotunda. "Prefiero destinar ese dinero a ayudar a los niños de Ucrania", explica y con esta intención ha devuelto las transferencias que ya se habían hecho y ha informado a todos de su intención.

El concierto, a cargo del "Plèiades Cor Jove", dirigido por Guillem Ferrando, sigue adelante para este domingo 27 de marzo a las 19 horas en la Iglesia de los Santos Juanes y los beneficios, como explica Belén, será Unicef quien se encargue de buscar el mejor destino entre los afectados por la guerra de Ucrania.

Sus amigos no se han extrañado de la reacción de esta "guerrera", dedicada a la enseñanza y a los niños con necesidades especiales, que tiene un gran corazón y así lo ha demostrado. "Yo tengo las necesidades cubiertas y si me quedara ese dinero no me sentiría bien del todo", comenta. "La gente que me conoce sabe que soy así y que mi meta es construir un mundo mejor", añade, recalcando que "necesito tener la tranquilidad de que esa cantidad será para los niños que sufren las consecuencias de las decisiones de los adultos".

No es fácil renunciar a tu propio sueño para dárselo a los demás y eso es lo que ha hecho Belén, aunque su sencillez hace que le reste importancia y, además, lo justifique. "No he renunciado a mi prótesis pero todo tiene que ir a su tiempo. Ahora estoy aprendiendo a andar y ya he conseguido dar mis primeros pasos en las barras paralelas", explica con ilusión.

Ella cuenta con una pensión por incapacidad permanente y la cobertura de la seguridad social para prótesis y rehabilitación con la que asegura que tiene bastante para hacer frente a sus necesidades. "Cuando necesite ayuda la pediré", asegura. "Mi objetivo es poder caminar y volver al trabajo donde me están esperando mis alumnos", añade y con esta esperanza ya ha conseguido nadar y conducir en unas pocas semanas.

Y es que esta mujer no tiene límites a la hora de enfrentarse a los retos que día a día se ha ido marcando. La falta de un pierna no le ha impedido realizar proezas como descender el río Sella, tirarse en paracaídas desde 4.000 metros de altura, pilotar una avioneta, recorrer el Camino de Santiago o hacer un bautismo de agua. Todo un ejemplo para personas que cuentan con algún tipo de discapacidad.

Aunque el reto ahora parece más difícil, Belén no ha perdido ni el entusiasmo ni las ganas de seguir adelante. "Llevo 15 años de aprendizaje a mis espaldas. Cuando me amputaron la primera pierna mi mundo se paralizó pero pensé que si otros lo habían conseguido, yo también podría", explica y a los seis meses ya se incorporó al trabajo en la enseñanza.

El próximo domingo, esta vecina de Paiporta acudirá al concierto del coro que lleva meses ensayando, aunque pasará a un segundo plano para dejar su protagonismo a lo que realmente le importa "los niños". "Sé que han preparado un repertorio con mucha ilusión y se lo agradezco enormemente", destaca.

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