Catarroja pide también ayuda al Consell al dispararse los escombros
Los ayuntamientos de la dana no pueden hacer frente a la gestión de residuos por la multitud de reformas que dejan los cascotes en la calle
Tras la dana del 29 de octubre y las obras de emergencia, llega el turno de miles de reformas en las viviendas y comercios afectados, lo que genera un severo problema de residuos, sobre todo escombros. Ayuntamientos como el de Catarroja han tenido que recurrir a la Generalitat para resolverlo.
Así lo indicaron ayer fuentes municipales, al comentar que dos días a la semana, un vehículo con megáfono se dedica a recorrer las calles de la población para informar a los vecinos del bando que prohíbe dejar escombros en las calles. A pesar de esa advertencia, los sacos apilados aparecen con frecuencia. A través de las redes sociales y otros canales también se insiste en que los residuos deben llevarse a un ecoparque y que las empresas de construcción son las encargadas de toda esta gestión.
El resultado es de un éxito desigual, con lo que los servicios municipales se han dedicado a llevar todo el material que encuentran fuera del casco urbano, a unas instalaciones de campo de tiro situadas al otro lado de la CV-400 y rodeadas de campos de cultivo agrícola y alguna masía.
La cantidad de residuos ya es considerable, con lo que las mismas fuentes han pedido la ayuda de la Generalitat, que durante la emergencia se encargó de todo este asunto. La solicitud se traduce en la petición de que se mantengan los puntos intermedios de recogida hasta que se resuelva esta situación, señalaron fuentes próximas a la alcaldesa Lorena Silvent.
La Conselleria de Medio Ambiente abrió 60 puntos locales de recogida, cuyo material era trasladado a los citados puntos intermedios. Había tres de estos últimos, en Catarroja, Picassent y Quart-Manises. El primero cerró hace escasas fechas, después de que la primera capa del solar quedara completamente limpia.
El mantenimiento de las otras dos zonas intermedias es algo que no ha sido decidido por la Conselleria, al menos no se ha difundido. Los puntos locales se cerraron el pasado febrero aunque luego algunos tuvieron que reabrir debido a la llegada de más residuos. Empezaban las reformas en viviendas y comercios, por lo que tuvo que rectificarse la decisión. Y el problema no ha dejado de crecer desde entonces.
En el antiguo campo de tiro siguen llegando los residuos y los escombros. Ayer, un equipo de operarios se dedicaba a levantar un muro de bloque, mientras unos metros detrás podían verse los montones de sacos y también la acumulación de lodos llevados con los trabajos de limpieza en las calles.
La Conselleria de Medio Ambiente gastó 180 millones de euros para resolver el problema de los residuos tras la dana, la factura más gruesa de todas por culpa de las inundaciones. Sólo por el punto intermedio de Catarroja pasaron más de 250.000 toneladas de basura de todo tipo, que en una parte pudo ser reciclada en las plantas de tratamiento, sobre todo neumáticos y electrodomésticos.
El mismo problema que sucede en Catarroja se ha producido en localidades como Benetússer o Paiporta. En la primera, la alcaldesa Eva Sanz pidió al conseller de Emergencias, Juan Carlos Valderrama, que mediara para que la Generalitat ayudara a financiar el traslado de los residuos a vertederos, o que se encargara de esa gestión. Llegó a hablarse de un millón de euros el gasto que supondría.
Después de que pasara la emergencia, son los Ayuntamientos los encargados de gestionar todo este material, aunque es evidente que no pueden. La alternativa sería que empleasen fondos estatales destinados a la reconstrucción de sus infraestructuras.
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