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Día de la entrega del dinero en la seda. LP

CAVE-COVA y CEAV donan 11.500 euros a APAMI para reconstruir su sede en Catarroja tras la DANA

La entidad, dedicada al apoyo de personas con diversidad funcional, perdió su local por el desbordamiento del barranco del Poyo

Nacho Roca

Catarroja

Miércoles, 8 de enero 2025, 17:25

La Confederación de Asociaciones Vecinales de la Comunitat Valenciana (CAVE-COVA) y la Confederación Estatal de Asociaciones Vecinales (CEAV) han entregado una donación de 11.500 euros a la Asociación de Personas Afectadas de Minusvalía (APAMI) para contribuir a la reconstrucción de su sede en Catarroja, destruida tras el paso de la Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) que azotó la región.

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El acto de entrega tuvo lugar en la localidad valenciana con la presencia de Juan Antonio Caballero, presidente de CAVE-COVA y miembro de la Ejecutiva de CEAV, el vicepresidente Manuel Lubary y la tesorera Rafaela Azmecúa. La presidenta de APAMI, quien no pudo asistir en persona, expresó su gratitud mediante una llamada al presidente de CEAV, Julio Molina.

«Nos pusimos en contacto con APAMI al ver la magnitud de los daños. Es una entidad con un gran arraigo social que había perdido completamente su lugar de encuentro y actividades», explicó Caballero. «Les pedimos un inventario de los materiales necesarios, y creemos que esta ayuda les permitirá reconstruir el local y reponer los recursos perdidos», añadió.

La donación ha sido posible gracias a la solidaridad de asociaciones vecinales tanto de la Comunitat Valenciana como de otras comunidades autónomas.

Un referente de inclusión en Catarroja

APAMI es una asociación sin ánimo de lucro que presta atención integral a personas con diversidad funcional y a sus familias mediante un enfoque socioeducativo centrado en el desarrollo personal y la inclusión social. Fundada en 1994 como un espacio de apoyo mutuo para madres con hijos e hijas con discapacidad, la entidad se ha consolidado con el tiempo como una auténtica «gran familia».

El desbordamiento del barranco del Poyo, el 29 de octubre, arrasó el local de APAMI, dejando a sus usuarios sin un espacio clave donde realizaban actividades complementarias a la asistencia en centros de educación especial.

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«La sede de APAMI no era solo un lugar físico, sino un símbolo de integración y apoyo comunitario», destacó Mari Carmen, secretaria de la asociación. Visiblemente emocionada, agradeció la donación en nombre de los niños y sus familias: «Gracias a esta ayuda, podremos reactivar el trabajo que durante años nos ha unido».

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