Comienzan las obras en el apartahotel de la playa de La Pobla de Farnals paralizado durante tres décadas

Las máquinas ya han comenzado a trabajar en el edificio del apartahotel L'Àncora ubicado en pleno paseo marítimo de la playa de la Pobla de Farnals, paralizado durante tres décadas. El edificio se reconvertirá en un establecimiento hotelero de cuatro estrellas con 130 habitaciones, restaurante, gimnasio y piscina, que ampliará la oferta de calidad del municipio tras su venta forzosa por sentencia judicial ante el desacuerdo entre los 80 propietarios.

El consistorio ya había anunciado la concesión de la licencia para retomar la construcción por parte de la empresa propietaria del inmueble, que reutilizará parte de la estructura, aunque la prohibición de hacer obras durante el verano ha retrasado la entrada de las máquinas hasta ahora. La mercantil cuenta con un plazo de 24 meses para abrir las puertas del hotel que será una nueva fuente de empleo y riqueza para la economía local.

Desde 1982, año en el que se visó el proyecto del apartahotel L'Àncora, La Pobla de Farnals no ha tenido un edificio de uso terciario tal y como se reconocía en su plan urbanístico de 1977. Han sido 37 años en los que el edificio ha sido el centro de la polémica, acumulando suciedad y okupas en primera línea de playa del litoral valenciano.

A pesar de estar calificado el Plan General de Ordenación Urbana como de uso terciario hotelero e iniciarse sus obras al amparo de una licencia de apartahotel, fue objeto de la división horizontal en unos 120 apartamentos, que posteriormente fueron vendidos a diferentes propietarios, los que comenzaron su construcción en régimen de comunidad.

La excesiva subdivisión del inmueble, la falta de acuerdo entre los propietarios y su pasividad conllevó a que en el año 2002 se declara la caducidad de la licencia que se les concedió para finalizar las obras.

Ante esta situación el Ayuntamiento mediante resolución de fecha 30 de octubre 2017 acordaba declarar el incumplimiento del deber de edificar; inscribir el inmueble en el registro municipal de solares; y abrir un periodo de tres meses para que cualquier persona física o jurídica pudiese mostrar su interés por el mismo.

En abril de 2019 el pleno aprobó el pliego de la venta forzosa del inmueble con un precio de salida a subasta de 1,5 millones de euros, pero no fue hasta 2020 cuando la adjudicó por 1,8 millones, mientras seguían litigios en los tribunales. Tras empezar las obras un proceso judicial las paralizó durante dos años hasta que finalmente se dio el visto bueno.

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